Un análisis de más de 250 mil árboles en América Latina concluye que el 78 % de los árboles jóvenes no logran seguir el ritmo del calentamiento global, lo que incrementa su vulnerabilidad ante sequías, olas de calor y pérdida de biodiversidad.

Por Stakeholders

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Un estudio internacional publicado en la revista Science concluye que los bosques tropicales del continente americano —desde México hasta el sur de Brasil— no están adaptándose con la velocidad necesaria frente al cambio climático. La investigación, basada en el monitoreo de más de 250 mil árboles durante más de 40 años en 415 parcelas permanentes, advierte que estos ecosistemas están en riesgo creciente ante eventos extremos como sequías prolongadas, olas de calor y pérdida de biodiversidad.

De acuerdo con los datos recopilados, solo el 22 % de los árboles jóvenes y apenas el 8 % de los adultos presentan rasgos que podrían favorecer su adaptación a condiciones más cálidas y secas. Esto implica que cerca del 80 % de los ejemplares jóvenes no están respondiendo adecuadamente a los cambios en el clima, lo que compromete funciones esenciales del bosque como la captura de carbono, la regulación del agua y el mantenimiento de hábitats.

En el caso de Perú, las áreas de estudio se ubicaron en Loreto, Madre de Dios y la zona de montaña amazónica de Cusco. Estas regiones han sido particularmente afectadas por los impactos recientes de la crisis climática, como sequías severas e incendios forestales. Investigadores del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), entre ellos Jhon del Águila Pasquel, Gerardo Flores Llampazo y José Reyna Huaymacari, participaron activamente en el análisis.

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Según los científicos, ciertos árboles han desarrollado adaptaciones como la reducción del tamaño de las hojas o la pérdida estacional del follaje. Sin embargo, estos ajustes ocurren a un ritmo significativamente inferior al requerido para enfrentar los escenarios proyectados por organismos internacionales, que estiman un aumento global de temperatura de hasta 4 °C y una reducción del 20 % en las precipitaciones hacia 2100.

El estudio también alerta sobre posibles cambios en la composición de los bosques y la reducción de especies de alto valor ecológico y económico, como el aguaje, que depende de ecosistemas húmedos para su reproducción. Estos cambios podrían desencadenar alteraciones en la fauna asociada, la fertilidad del suelo y el equilibrio general del ecosistema.

Los resultados, liderados por el investigador Jesús Aguirre-Gutiérrez de la Universidad de Oxford y obtenidos con la colaboración de más de 120 científicos, ofrecen una advertencia clara sobre la necesidad de reforzar la investigación y las políticas de conservación en los bosques tropicales, considerados clave para mitigar los efectos de la crisis climática a escala global.

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