El diseño del Proyecto Camisea en la selva cusqueña evitó el impacto a miles de hectáreas de hábitat porque no incluyó la construcción de carreteras que habrían significado deforestación e inmigración descontrolada en el Bajo Urubamba, una zona muy sensible en términos de biodiversidad, afirmó Catherine Sahley, PHD y Consultora principal de ERM (Environmental Resources Management) durante el Foro Perú Sostenible 2022 que inició ayer.
“Una de las medidas más importantes en el diseño del Proyecto Camisea fue evitar impactos generados por la construcción de carreteras. Solo se utilizaron vías fluviales y aéreas para el transporte de materiales a la Planta Malvinas y las locaciones donde se ubican los pozos”, detalló la especialista. Agregó que esta práctica permitió la conservación del hábitat en un área considerada uno de los principales hotspots de biodiversidad del mundo.
Sahley recordó que, según el World Economic Forum en su informe 2022, la pérdida de biodiversidad es uno de los tres principales riesgos de la economía global que puede ocurrir en los siguientes 10 años. Un millón de especies estarían en peligro de extinción, por la deforestación, destrucción de hábitats, sobreexplotación de los recursos naturales, contaminación y por las consecuencias del cambio climático.
El Foro Perú Sostenible puso de manifiesto que la gestión de la biodiversidad es fundamental para nuestro país por los distintos climas, pisos altitudinales y especies que alberga. “La economía depende de los servicios ecosistémicos que le brinda la biodiversidad. Por ejemplo, la pesca como fuente de alimentos y materias primas, la agricultura que depende de las condiciones de fertilidad del suelo y las especies que le ayudan a la polinización”, dijo.
La especialista precisó que las compañías deben implementar programas de monitoreo de la diversidad en sus operaciones para advertir los impactos de la actividad empresarial en el ecosistema. Manifestó que esta práctica permitió al proyecto Camisea demostrar un mínimo impacto en su zona de influencia.
“Dieciocho años después de iniciarse la extracción del gas natural de Camisea, el área aún mantiene su flora, fauna y cobertura boscosa, además de los servicios ecosistémicos de la zona”, dijo Sahley. La huella del Proyecto Camisea ocupa apenas el 0.2% de las 247,000 hectáreas que abarcan los lotes.
La Doctora Catherine Sahley, consultora principal y especialista en biodiversidad en ERM, cuenta con experiencia en grandes proyectos alrededor del mundo y especialmente en Latinoamericana, apoyando a diversas compañías en sus estrategias de biodiversidad para gestionar sus riesgos.
Durante su participación en el Foro Perú Sostenible, en el espacio “La biodiversidad en la agenda de la sostenibilidad empresarial”, Sahley tomó como referencia el Proyecto Camisea para señalar distintos puntos y buenas prácticas que las organizaciones deben tomar en cuenta para gestionar la biodiversidad:
· Definir las prioridades de la empresa: Esto se logra a través de la identificación de los impactos y dependencias sobre el ecosistema, las especies y áreas prioritarias, advirtiendo la huella en los sitios donde se opera, la cadena de valor y la cadena de suministros.
· Desarrollar la visión: Luego de identificar las prioridades, la empresa debe definir la visión, metas y políticas, además de las acciones claves necesarias para alcanzarlas.
· Precisar los indicadores: Deben facilitar la medición de mejora sobre biodiversidad, el estado de conservación y los beneficios obtenidos por el buen estado del ecosistema.
· Implementar un plan de monitoreo: Para hacer seguimiento a los indicadores. Es importante compartir los resultados, establecer un mecanismo de visualizarlos de manera simple y efectiva e implementar mejoras continuas.