Más de 2 millones de turistas han recibido las Áreas Naturales Protegidas (ANP) durante el 2024. Deyvis Huamán, director de la Dirección de Gestión de las ANP del Sernanp, conversa sobre la importancia de impulsar actividades económicas y el rol de estos territorios frente a la resiliencia climática.

Por Renzo Rojas

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El Parque Nacional Tingo María cumple 60 años desde su creación. ¿Cuánto ha cambiado el territorio en favor de la biodiversidad existente?

Tiene un contexto diferente al de hace décadas, donde había una conflictividad social muy fuerte. Antes en el Parque Nacional Tingo María era escasa la presencia del Estado, así como era una zona de difícil acceso. En la actualidad, dentro de este y en zonas próximas existe un auge en relación a la producción del cacao y al turismo, por ejemplo. El parque se ha convertido en un dinamizador de la economía y generador de desarrollo de Tingo María.

Asimismo, posee una belleza escénica, y existe una gran biodiversidad que no solo depende del ANP, sino también de aquellos espacios cercanos como bosques. Se han registrado especies como el jaguar y otras. Podemos decir que su estado de conservación es óptimo.

¿Cuál es el caso del Parque Nacional Huascarán, que cumple también cinco décadas?

Similar es el caso del Parque Nacional Huascarán, un área emblemática que forma parte de la Cordillera Blanca. Se hace un trabajo sobre todo con las comunidades en el aspecto turístico. Recibe la visita de muchos extranjeros, pero también de la población nacional. Aquí hay una riqueza no solo relacionada a la cordillera; sino que además figura el servicio ecosistémico de abastecimiento de agua para toda la zona del valle, que es fundamental. Habilita recursos hídricos para la agricultura y, por ende, los productos que se comercializan a nivel internacional.

¿Cómo se involucran a las comunidades u otros actores para la conservación de las ANP?

La administración de las áreas representa un reto que no podemos asumir solos. Por eso promovemos diversas iniciativas para el trabajo con las comunidades como la vigilancia comunal. La desarrollamos a través de acuerdos de conservación. En ese sentido, ayudamos a una comunidad con el desarrollo turístico o mejora de algún producto que comercialicen, por ejemplo, y ellas se comprometen a proteger las áreas. De esta manera, se da una vigilancia conjunta de sus territorios y las ANP.

“Promovemos diversas iniciativas para el trabajo con las comunidades como la vigilancia comunal”.

¿Cómo han visto el compromiso que han asumido?

Hay que reconocer que la base de estos acuerdos de conservación implica un compromiso de cuidar mutuamente los espacios. Las comunidades son vecinas o viven dentro de un ANP. Hay una relación muy cordial con ellos, de trabajo conjunto. Lo podemos observar en el Parque Nacional Huascarán, un ecosistema bien cuidado. Ellos brindan distintos servicios para los visitantes. Para nosotros, es esencial que no solo el Estado tenga presencia, sino que también las comunidades de la mano de beneficios. Es así que se involucran en actividades como el recojo de residuos sólidos o el mantenimiento de caminos.

¿Qué proyectos llevan a cabo para potenciar el turismo o emprendimientos de las comunidades?

Destaca nuestro concurso de fondos no reembolsables “Emprendedores por Naturaleza”. Pueden participar emprendimientos de comunidades y poblaciones locales. Este 2025 hemos puesto a disposición 4 millones de soles. Están invitados emprendimientos de turismo, artesanía, cacao, café, etc., que pueden obtener hasta 50 000 soles para el fortalecimiento de sus iniciativas.

Mencionó el turismo como un factor importante. ¿Cómo esta actividad contribuye a la conservación de la riqueza natural?

Vemos al turismo como una gran oportunidad porque es una industria “sin chimeneas”. Bien gestionado contribuye a la conservación de los espacios. Y es que el turista genera recursos; pero además conoce y valora las ANP: su biodiversidad, paisaje, cultura.

¿Ha crecido en los últimos años esta actividad en las ANP?

En 2024 tuvimos 2,1 millones de visitantes en las ANP. A lo largo de los años, ha aumentado esta cifra, aunque no alcanzó los niveles de prepandemia. Sin embargo, este año proyectamos entre 2,4 y 2,7 millones de turistas, con lo cual se superaría este registro.

¿Qué acciones van a implementar para que estas áreas reciban a más visitantes?

Ha crecido el turismo nacional, el peruano viaja más en promedio. Por ello, estamos mejorando la infraestructura turística en las ANP como senderos o centros de interpretación. Fortaleceremos el trabajo con las comunidades para que ofrezcan un buen servicio en gastronomía o como guías de turismo. Cuando llega un turista a una ANP se generan ingresos por consumo de productos, transporte o entradas que favorecen a la población.

¿Cuál es el papel que vienen cumpliendo las ANP frente a la lucha contra el cambio climático?

Las ANP son una de las principales estrategias en la lucha contra el cambio climático. En primer lugar, son almacenes naturales de carbono, así como sus sumideros. Es decir, absorben el carbono que está en la atmósfera. Esta es una de las ventajas de contar con ANP, especialmente las amazónicas.

Además, hay estudios que señalan que los bofedales capturan también una importante cantidad de carbono. Esas son algunas medidas de mitigación. Mantener estos ecosistemas nos permite tener mayor resiliencia climática. Por ejemplo, si existe un ANP en una cabecera de cuenca y se mantiene su vegetación, significa que en caso de fuertes lluvias no habrá desborde de un río porque habrá un “colchón”.

¿Y en cuanto a adaptación climática también representan oportunidades?

También son importantes no solo en la mitigación, sino también en la adaptación. Se pueden encontrar especies nativas que sirven para la alimentación, así como comunidades que cuentan con prácticas ancestrales de adaptación. Es el caso del cultivo de yuca. Como saben que el clima es variable, en la amazonía siembran yuca de tres, seis o doce meses; dependiendo de las condiciones climáticas se aprovecha. El rol de las áreas es contribuir a la resiliencia climática, en realidad.







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