La emergencia ambiental, provocada durante maniobras en el buque Polyaigos, ha contaminado seis playas de Piura, perjudicando la pesca, el turismo y la vida marina de la región.

Por Stakeholders

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El reciente derrame de petróleo en el terminal submarino de la Refinería Talara, operado por Petroperú, ha causado severos daños en seis playas de la provincia de Talara, en Piura. El incidente, ocurrido el 20 de diciembre durante las maniobras de embarque del buque Polyaigos, ha afectado gravemente la biodiversidad marina y ha impactado negativamente a las economías locales dependientes de la pesca y el turismo.

De acuerdo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), alrededor de 10,000 metros cuadrados de agua superficial y seis playas—Las Capullanas, El Lanchón, Malacas, Palizada, La Bola y Yapato—han sido contaminadas. Las imágenes de fauna marina cubierta de petróleo y ecosistemas costeros afectados han generado indignación en la población y preocupación entre las autoridades.

La Municipalidad Distrital de Lobitos ha señalado que 2,500 familias de pescadores artesanales están entre las principales perjudicadas, sumándose a operadores turísticos, transportistas y negocios locales que dependen del atractivo natural de la zona. «Hemos trabajado para posicionar a Lobitos como un destino sostenible, y este incidente es un golpe a nuestros esfuerzos», declaró el alcalde Ricardo Bancayán.

Biodiversidad en riesgo

Especies como la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), delfines y peces han sido severamente afectadas. Equipos de veterinarios y biólogos, liderados por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), trabajan en la rehabilitación de la fauna afectada. Sin embargo, expertos advierten que los efectos a largo plazo en la biodiversidad marina podrían ser irreversibles si no se implementan medidas contundentes.

Respuesta de Petroperú y críticas a la gestión ambiental

Petroperú aseguró que «la situación fue controlada de inmediato» y anunció la suspensión temporal de operaciones, así como el inicio de labores de limpieza. No obstante, el gerente de la empresa minimizó la emergencia calificándola como «una pequeña fuga», lo que desató fuertes críticas de autoridades locales y organizaciones ambientales.

El OEFA, en conjunto con la Capitanía de Puerto de Talara y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental, ha iniciado investigaciones para determinar las causas del derrame y las responsabilidades correspondientes. Hasta el momento, no se ha informado la cantidad exacta de hidrocarburos derramados.

El alcalde Bancayán ha exigido sanciones ejemplares para los responsables y la implementación de medidas para prevenir futuros desastres. «La negligencia de las empresas petroleras está destruyendo no solo nuestro ecosistema, sino también la calidad de vida de nuestra gente», expresó en un comunicado.

Este derrame pone nuevamente en la mira la necesidad de fortalecer las regulaciones ambientales en el Perú y garantizar el cumplimiento de protocolos de seguridad en actividades extractivas. Mientras tanto, las comunidades afectadas enfrentan una ardua recuperación, tanto ambiental como económica, con la esperanza de que esta crisis impulse acciones reales hacia un desarrollo más sostenible.







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