Por Stakeholders

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Costa Rica es considerada como uno de los 25 países con mayor biodiversidad del planeta, debido a que en los 51.100 kilómetros cuadrados que ocupa su territorio llegan a habitar más de 500.000 especies, lo cual representa 6% de la biodiversidad mundial.

Por esta razón, el Instituto Tecnológico de Costa Rica  se encuentra realizando un estudio en el que se analiza cómo la realidad virtual puede mitigar los riesgos e impactos ocasionados por la industria del turismo al medio ambiente.

Según refiere la web theconversation.com, esta tecnología permite al usuario interactuar dentro de una realidad artificial a través de vídeos o recorridos de 360 grados. De esta manera, puede alcanzar un estado de inmersión a través de sus sentidos, como si estuviera en el escenario simulado, utilizando unas gafas especiales.

La utilización de la realidad virtual podría reducir la contaminación y el número de animales que mueren por atropellos involuntarios de conductores. También evitaría que los turistas ofrezcan comida a los animales o disparen sus flashes durante recorridos nocturnos.

Además, la realidad virtual tendría diversos beneficios para los visitantes, entre los que destacan:

  • Por un lado, les ahorra lidiar con posibles inclemencias climáticas.
  • Por otro, reduce las limitaciones debidas a una discapacidad, la edad o la forma física del turista, que puede no estar preparado para subir a cerros, volcanes o acceder a tirolinas.
  • La realidad virtual también puede ser útil en el caso de situaciones extraordinarias que impiden una visita presencial, como la ocasionada por la pandemia de COVID-19.
  • Una de las ventajas indiscutibles de esta tecnología es el aspecto emocional el aspecto, pues genera nuevas sensaciones o emociones y estimula los sentidos y habilidades.
  • Realidad virtual para concienciar al turista

Conciencia del turista

Ahora bien, el secreto para que estas premisas se cumplan parece radicar en la conciencia del turista de los problemas de conservación y del impacto de su visita, así como en la aceptación de los mensajes de conservación que se le muestren antes y durante el recorrido de la visita.

Por todo ello, la realidad virtual es una buena alternativa para garantizar la protección de la riqueza ecológica, pues permite aplicar un modelo de turismo sostenible basado en visitas mixtas (presencial-realidad virtual) que puede ser más sostenible.

Además, la realidad virtual es una excelente opción para informar y capacitar sobre protección tanto para el visitante como para los profesionales del lugar al que se asiste. También permite mostrar de forma inmersiva a través de vídeos tanto los riesgos (ataques de animales, etc.) como los posibles impactos ambientales de la visita y cómo se debe actuar para minimizarlos.

La instalación de salas de realidad virtual permitiría el uso alternativo o complementario de la realidad virtual como instrumento al servicio de la sostenibilidad.







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