La destitución del CEO de Nestlé, tras confirmarse una relación no revelada con una subordinada directa, marca un precedente en gobernanza corporativa y subraya que la ética empresarial es tan prioritaria como los resultados financieros.

Nestlé tomó la decisión tras conocerse que el CEO de la compañía mantenía una relación con una subordinada.
Nestlé tomó la decisión tras conocerse que el CEO de la compañía mantenía una relación con una subordinada.

Por Stakeholders

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Nestlé anunció el despido de su CEO Laurent Freixe tras confirmarse que mantenía una relación no revelada con una subordinada directa. La decisión, adoptada por el consejo de administración y comunicada oficialmente, busca resguardar la coherencia de la compañía frente a su propio código de conducta.

El caso no está vinculado a un mal desempeño financiero ni a un escándalo económico, sino a un incumplimiento ético. Para la multinacional, el mensaje es claro: ningún cargo, por más alto que sea, está por encima de los valores corporativos. En reemplazo inmediato, la dirección ejecutiva será asumida por Philipp Navratil, quien liderará la transición.

Ética corporativa como estrategia

La medida adoptada por Nestlé envía una señal contundente al sector empresarial. Y es que la ética y la gobernanza corporativa son ejes estratégicos de sostenibilidad, no simples formalidades. “Los códigos de conducta no se negocian. Actuar con firmeza protege la credibilidad a largo plazo”, destacó un comunicado de la compañía.

En un contexto donde inversionistas, consumidores y trabajadores exigen transparencia, el caso Nestlé abre un debate más amplio sobre la capacidad de las corporaciones globales para sostener decisiones difíciles cuando involucran a líderes estratégicos.

El despido de Laurent Freixe invita a los consejos de administración a reforzar sus mecanismos de supervisión ética y garantizar investigaciones internas rápidas, transparentes y sin favoritismos. Para los líderes, también es un recordatorio de que la conducta personal impacta directamente la reputación corporativa.

Hacia un nuevo estándar global

El episodio podría marcar un punto de inflexión en el liderazgo empresarial. Si otras compañías replican esta postura, la ética dejará de ser vista como accesorio reputacional para consolidarse como factor clave de sostenibilidad. El verdadero reto, sin embargo, está en construir culturas organizacionales sólidas donde las infracciones éticas no tengan cabida.

Con esta decisión, Nestlé no solo protege su reputación en el corto plazo, sino que establece un precedente: La ética es el núcleo de su liderazgo empresarial y un estándar que otras multinacionales deberán considerar en un entorno donde la confianza es un activo crítico.

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