
Cuando se habla de Mario Vargas Llosa, su nombre suele evocar el boom latinoamericano, el realismo crítico y una inagotable producción literaria que ha explorado los entresijos del poder, la violencia y la sociedad. Sin embargo, más allá de la política y la historia, su obra también ha tocado, directa e indirectamente, temas de sostenibilidad. No solo en el sentido medioambiental, sino en una perspectiva más amplia: la sostenibilidad cultural y social.
Los machiguengas y la resistencia cultural en “El hablador”
Uno de los ejemplos más claros es El hablador (1987), una novela en la que Vargas Llosa narra la vida de los machiguengas, una comunidad indígena de la Amazonía peruana. La historia sigue la figura del “hablador”, un narrador oral itinerante encargado de transmitir la memoria colectiva y preservar las tradiciones de su pueblo frente al avance de la modernización.
En esta obra, el escritor pone sobre la mesa una preocupación clave en la sostenibilidad cultural: la amenaza de la globalización y la asimilación forzada de las comunidades indígenas, que pueden llevar a la desaparición de lenguas, mitos y modos de vida ancestrales. A través del protagonista, el autor cuestiona el choque entre la modernidad y la tradición, y nos obliga a reflexionar sobre la importancia de preservar la diversidad cultural como un pilar de sostenibilidad social.
“El sueño del celta”: explotación de recursos y sus consecuencias

Otro caso emblemático es El sueño del celta (2010), basada en la vida de Roger Casement, diplomático británico que denunció los abusos cometidos en el Congo y en la Amazonía peruana durante la fiebre del caucho a finales del siglo XIX y principios del XX. En esta novela, Vargas Llosa retrata la explotación indiscriminada de recursos naturales y sus devastadoras consecuencias sociales y ambientales.
A través de Casement, el escritor pone el foco en la brutalidad de un modelo económico basado en la depredación de territorios y el abuso de comunidades indígenas, una problemática que sigue vigente en muchos rincones del mundo. La novela no solo es un testimonio del impacto de la explotación del caucho, sino también una advertencia sobre las prácticas extractivistas que continúan amenazando ecosistemas y poblaciones vulnerables en la actualidad.
Del papel a la acción: Vargas Llosa y su compromiso ambiental
Más allá de sus novelas, el Nobel de Literatura también ha participado en iniciativas relacionadas con la sostenibilidad ambiental. En 2009, se unió a la campaña “Recíclame, cumple tu papel” en Lima, posando vestido íntegramente con papel reciclado para promover la conciencia ecológica y el reciclaje. Este gesto, aunque simbólico, evidenció su preocupación por el impacto ambiental del consumo masivo de papel y la necesidad de adoptar prácticas responsables con el medioambiente.
Sostenibilidad en la literatura: un legado que perdura
Si bien Vargas Llosa no se ha consolidado como un escritor ecológico o un activista ambiental de tiempo completo, su obra y acciones han abordado, de manera indirecta pero contundente, temas de sostenibilidad en distintas dimensiones. Desde la conservación de la cultura y la memoria en El hablador, hasta la denuncia de la explotación indiscriminada de recursos en El sueño del celta, su literatura sigue siendo una herramienta poderosa para reflexionar sobre la relación entre el ser humano, su entorno y su historia.
En tiempos donde la sostenibilidad es un tema crucial en la agenda global, revisitar a Vargas Llosa desde esta perspectiva nos permite descubrir nuevas capas en su narrativa y entender que la literatura no solo sirve para contar historias, sino también para advertir, cuestionar y transformar realidades.