Claudia Sheinbaum se ha convertido en la primera mujer en asumir la presidencia de México. La candidata del partido gobernante Morena ganó las elecciones, celebradas el 2 de junio, con el 58.3% de los votos, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE).
Sheinbaum, de 61 años, se impuso sobre la empresaria y política opositora Xóchitl Gálvez, quien obtuvo el 26.6% de los votos, y sobre Jorge Álvarez Máynez, que alcanzó el 9.9%. Su victoria no solo marca un hito en la historia política del país, sino que también representa un avance significativo en una nación conocida por su cultura machista y las problemáticas que afectan a las mujeres.
Trayectoria y compromiso
Nacida el 24 de junio de 1962 en la Ciudad de México, Sheinbaum proviene de una familia de origen judío. Se graduó como física en la Universidad Nacional Autónoma de México y obtuvo una maestría y un doctorado en ingeniería energética. Su carrera política comenzó en el año 2000, al lado del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando este asumió como alcalde de Ciudad de México.
En 2007, Sheinbaum fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz como parte de un grupo de expertos de la ONU por su trabajo en cambio climático.
En 2015, Sheinbaum hizo historia al ser la primera mujer electa como jefa delegacional de Tlalpan. Tres años después, se convirtió en la primera mujer alcaldesa de la Ciudad de México. Ahora, como presidenta, se compromete a continuar el proyecto de López Obrador, añadiendo su propio enfoque y estilo.
Controversias y críticas
A pesar de sus logros, Sheinbaum ha enfrentado críticas, especialmente tras el accidente del metro capitalino en 2021, que dejó 26 muertos. Según un informe de auditoría, el accidente se debió a deficiencias de mantenimiento durante su gestión. Críticos, como el diputado opositor Guillermo Huerta, la han acusado de «cínica» por su manejo de la situación.
Sheinbaum ha prometido regirse por principios de no intervención y respeto a la soberanía de otros países, manteniendo una postura diplomática con regímenes como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba. En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, afirmó: «Nos vamos a llevar muy bien con cualquiera de los presidentes de Estados Unidos».