
Las finanzas sostenibles han evolucionado de ser un concepto especializado a convertirse en un componente esencial del sistema financiero global, y el Perú no es ajeno a esta tendencia. En un contexto de creciente conciencia sobre los desafíos ambientales y sociales, el modelo de inversión y financiamiento del desarrollo empresarial, industrial y nacional está experimentando una transformación profunda.
Si bien las grandes corporaciones suelen dominar el debate público, las medianas empresas constituyen el eje central de la economía peruana. Su participación activa en esta transición no solo es crucial para el país, sino que también representa una oportunidad estratégica para mejorar su competitividad, resiliencia y crecimiento sostenible.
Las empresas requieren financiamiento para impulsar su crecimiento, ya sea para ampliar plantas de producción, adquirir maquinaria u otros activos estratégicos. En este contexto, las finanzas sostenibles se presentan como una solución altamente conveniente y diferenciadora.
Tradicionalmente, las organizaciones que buscan financiamiento recurren a entidades financieras para obtener préstamos convencionales de capital. En este proceso, la institución evalúa principalmente el riesgo crediticio del solicitante, considerando factores como historial financiero, capacidad de pago, garantías y condiciones de mercado, para luego otorgar el préstamo a una tasa de interés determinada. Esta transacción se limita a una relación puramente financiera. Por el contrario, las finanzas sostenibles representan una evolución —una suerte de “Finanzas 2.0”— que trasciende la provisión de capital y la evaluación del riesgo crediticio. Más allá de otorgar recursos financieros, este enfoque evalúa a las empresas según su desempeño ambiental, social y de gobernanza (ASG) orientado no solo a facilitar capital, sino también a impulsar mejoras estratégicas que generen valor a largo plazo para las empresas y la sociedad.
«Tradicionalmente, las organizaciones que buscan financiamiento recurren a entidades financieras para obtener préstamos convencionales de capital».
La adopción de finanzas sostenibles no solo responde a una responsabilidad ética, sino que también ofrece beneficios tangibles que fortalecen la rentabilidad y el posicionamiento en el mercado. Entre las ventajas más destacadas se encuentran:
- Acceso a condiciones financieras más favorables: Los créditos verdes o vinculados a criterios ASG suelen ofrecer tasas de interés preferenciales y plazos más extensos, dado que las entidades financieras identifican a las empresas sostenibles como inversiones con menor exposición a riesgos futuros. Este enfoque permite optimizar la estructura de capital y mejorar la liquidez operativa.
- Optimización de costos y eficiencia operativa: La implementación de tecnologías limpias, como equipos de bajo consumo energético o sistemas de energía renovable, no solo reduce el impacto ambiental, sino que también disminuye significativamente los gastos en insumos críticos como agua y electricidad. Esta eficiencia se traduce en mayores márgenes de rentabilidad y una operación más competitiva.
- Diferenciación y valor de marca en mercados en evolución: La demanda de productos y servicios sostenibles registra un crecimiento exponencial, tanto en el ámbito corporativo como entre consumidores finales. Las empresas que incorporan prácticas ASG no solo fortalecen su reputación, sino que también acceden a nuevas oportunidades comerciales en sectores donde la sostenibilidad es un requisito clave.
- Resiliencia frente a riesgos futuros: La integración de criterios ASG permite anticipar y mitigar desafíos regulatorios, escasez de recursos naturales o disrupciones climáticas. Esta preparación estratégica no solo garantiza la continuidad del negocio, sino que también posiciona a las empresas como líderes en un mercado cada vez más exigente.
Para acceder a estos beneficios, las medianas empresas pueden seguir un proceso estructurado siguiendo los siguientes pasos:
1) Diagnóstico ASG:
Antes de buscar financiamiento, la empresa debe entender su propio desempeño ASG.
- Ambientales (A): Considerar el impacto de la empresa en el planeta, como la gestión de emisiones de carbono, el uso eficiente de los recursos (agua, energía), la gestión de residuos y la protección de la biodiversidad.
- Sociales (S): Evaluar las relaciones con sus empleados, proveedores, clientes y las comunidades donde opera. Incluye temas como las condiciones laborales, la diversidad e inclusión, y la salud y seguridad.
- Gobernanza (G): Evaluar el liderazgo de la empresa, la remuneración de sus ejecutivos, las auditorías, los controles internos. Una buena gobernanza es sinónimo de transparencia y prácticas éticas.
2)Diseñar una estrategia de sostenibilidad:
Establecer objetivos claros y medibles, alineados con el modelo de negocio. Como en la etapa anterior ya se conoce el desempeño de la empresa, el paso siguiente es establecer las metas de mejora de ese desempeño en términos ASG, por ejemplo:
- Reducir el consumo energético en un 15 % en dos años.
- Implementar programas de capacitación en sostenibilidad para empleados.
3) Explorar instrumentos de financiamiento sostenible:
Para impulsar proyectos alineados con criterios ASG, es esencial conocer y aprovechar los instrumentos financieros diseñados específicamente para la sostenibilidad:
- Créditos verdes: Instituciones financieras como BBVA, BCP y Scotiabank ofrecen líneas de crédito especializadas para proyectos que promueven la eficiencia energética, tecnologías limpias y certificaciones sostenibles. Estos créditos suelen incluir condiciones preferenciales vinculadas al cumplimiento de métricas ASG, incentivando la mejora continua en desempeño ambiental y social.
- Factoring sostenible: Modalidad de adelanto de facturas con condiciones financieras preferentes para empresas que cumplen con estándares ASG, facilitando la liquidez y fortaleciendo la cadena de valor sostenible.
- Fondos de impacto: Vehículos de inversión dirigidos a proyectos que generan resultados sociales y ambientales medibles, orientados a maximizar el impacto positivo y alinear rentabilidad financiera con objetivos de desarrollo sostenible.
- Financiamiento verde: Programas respaldados por entidades como Financiera Confianza o FOGAPI, que facilitan garantías para proyectos sostenibles.
- Certificaciones: Adoptar estándares internacionales (ej. Green Bond Principles) para acceder a mercados de capitales verdes.
- Alianzas público-privadas: Participar en iniciativas lideradas por el Ministerio del Ambiente (Minam) o cooperaciones internacionales (SECO).
4) Reporte y transparencia
Comunicar de manera clara y transparente los avances en sostenibilidad a través de reportes especializados es fundamental para fortalecer la confianza de inversionistas, clientes y demás grupos de interés (stakeholders).
Estos informes deben presentar resultados concretos sobre las políticas y acciones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) implementadas. La elaboración del reporte no debe considerarse un fin, sino el inicio de un proceso de diálogo y mejora continua, donde se establecen metas ambiciosas y se rinde cuenta del progreso con honestidad y responsabilidad.
En conclusión, las finanzas sostenibles no son una tendencia pasajera, sino un imperativo estratégico para las medianas empresas peruanas. Su adopción permite acceder a nuevos mercados, optimizar operaciones y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La integración efectiva de criterios ASG permite a las medianas empresas no solo sobrevivir, sino liderar la transformación hacia modelos de negocio resilientes, inclusivos y alineados con las tendencias globales emergentes.