
Durante abril de 2025, el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) registró 196.8 horas de congestión en líneas y equipos de transmisión. Un análisis detallado del informe de despacho económico del COES permite entender mejor qué ocurrió.
Solo el 43% de estas congestiones —equivalentes a 86 horas— estuvo relacionado con el despacho de energía renovable, específicamente a través de una única línea: L2211 Ica – Marcona. Esta infraestructura opera desde hace años en una zona con capacidad limitada para evacuar generación.
El 57% restante fue causado por labores de mantenimiento programado en otras líneas, necesarias para asegurar el funcionamiento continuo del sistema, aunque generan restricciones temporales.
Es importante aclarar que este tipo de congestión no depende del tipo de tecnología de generación. Hubiera ocurrido lo mismo si se tratara de una central a gas o hidráulica. El problema es que la red no ha sido ampliada al ritmo de la generación eléctrica.
¿A qué se debe la congestión eléctrica?
Para la Asociación Perunana de Energías Renovables, pretender culpar a las energías renovables por lo ocurrido y predecir que serían responsables de probables “apagones” es una afirmación tendenciosa, desinformada y sin respaldo técnico. Por el contrario, estas fuentes ayudan a diversificar la matriz energética, reducir emisiones y reforzar la seguridad del suministro.
La principal pérdida en las congestiones en el sistema de transmisión es para las empresas de generación, que ven restringida su capacidad de entrega. Si se trata de generación renovable, esa energía —más limpia y económica— no puede ingresar al sistema, y muchas veces es reemplazada por generación menos eficiente.
Una de las causas estructurales de las restricciones actuales es el atraso del Enlace 220 kV Ica – Poroma, que hoy sigue en etapa de evaluación ambiental y su entrada en operación recién está prevista para el 2027 si los plazos esperados se cumplen. La congestión registrada en abril debe entenderse como una advertencia: la incorporación de nueva generación, cualquiera sea su fuente, necesita acompañarse de una red capaz de recibirla.