Algunos grupos de salud pública también critican a la OMS por no garantizar un movimiento rápido sobre el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas

Por Stakeholders

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La lucha por las vacunas y los tratamientos contra la viruela del mono se ha centrado en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, más de 100 países registran la enfermedad, y la gran mayoría de ellos no han tenido acceso a los medicamentos.  

Según un informe de New York Times, estas naciones han sido excluidas por el costo prohibitivo y por los países ricos, que compraron la mayoría de las dosis disponibles. Estados Unidos ya controlaba la mayor parte de la vacuna, que se desarrolló originalmente para la viruela, como parte de su estrategia de armas biológicas después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Esta semana, las autoridades sanitarias de ese país anunciaron que llevarán a cabo ensayos clínicos para probar diferentes estrategias de dosificación de la vacuna contra la viruela del mono Jynneos, en medio de discusiones sobre su eficacia.

Algunos grupos de salud pública también critican a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por no garantizar un movimiento rápido sobre el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas, luego de que el 23 de julio declarara la viruela del mono como una emergencia de salud pública global.

De acuerdo con el Times, incluso es difícil saber la cantidad de personas que tienen la enfermedad en los países en desarrollo porque muchas carecen de la capacidad para diagnosticar la enfermedad, que se realiza con una prueba PCR.

La mayoría de las pruebas en países que han tenido brotes durante años se realizan a nivel de vigilancia, analizando solo una muestra de la población para encontrar la incidencia general de la enfermedad. Las pruebas para diagnosticar pacientes individuales, muchos de los cuales viven en áreas rurales aisladas, son raras o inexistentes.

El doctor Alberto Mendoza, especialista en enfermedades infecciosas en Perú, comentó que a su oficina han llegado bastantes pacientes, pero no tiene opciones para ofrecerles. Ni el fármaco antiviral ni la vacuna que se utilizan contra la viruela del simio en Estados Unidos y Europa están disponibles en el país andino.

“No tenemos nada, a pesar de que somos el país con uno de los números más altos de casos por población”, dijo Mendoza, quien trabaja con la organización benéfica médica Partners in Health.

El vecino Brasil, con cerca del 10% de los casos mundiales de viruela del simio, actualmente tampoco tiene vacuna ni tratamiento al igual que países de África occidental y central que han luchado contra los brotes de viruela del mono durante décadas.

“No tenemos acceso a las pruebas en África, no sabemos dónde están los casos, por lo que no se puede usar eso como base para las decisiones sobre el uso de los recursos”, dijo Boghuma Titanji, profesor asistente de medicina en la Universidad de Emory que respondió a un brote de viruela del mono en 2018 en su Camerún natal.

Como las vacunas contra la viruela símica son limitadas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que se dé prioridad a los grupos de alto riesgo y a la comunicación, evitando el estigma y la discriminación de la comunidad LGBTQ+.

De momento, la región de América se ha convertido en el epicentro del brote de viruela del mono, con la mayor cantidad de casos en el mundo. Hasta el 6 de septiembre se han notificado más de 30.000 casos de viruela del mono en América, especialmente en Estados Unidos, Brasil, Perú y Canadá.

La mayoría de ellos se han detectado en hombres que practican sexo con hombres, pero también se tiene constancia de al menos 145 casos en mujeres y 54 entre menores de 18 años. 







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