
El Gobierno peruano tomó una decisión trascendental para el sistema de salud tras el escándalo del suero fisiológico de Medifarma que dejó al menos siete personas fallecidas y decenas de afectados. El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, informó que la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) será sustituida por una nueva entidad técnica y autónoma: la Autoridad Nacional de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios (Apemed).
Esta medida responde a la urgencia de garantizar controles más rigurosos y prevenir nuevas tragedias asociadas a negligencias en la cadena de producción farmacéutica. “La nueva entidad estará exenta de cualquier presión política. Será autónoma económica, administrativa y funcionalmente, y su liderazgo será elegido mediante concurso público nacional”, declaró Adrianzén, subrayando el carácter técnico y transparente de la propuesta.
La creación de Apemed, cuya ley fue enviada ya al Congreso, busca cerrar brechas históricas en el otorgamiento de registros sanitarios y certificaciones de buenas prácticas. Además, promete impulsar una supervisión más eficiente sobre la calidad de medicamentos y dispositivos médicos en el país.
Según el ministro de Salud, César Vásquez, “se ha dado un paso histórico en la protección de la salud pública”, enfatizando que con este cambio Perú aspira a alcanzar estándares regulatorios internacionales, comparables a los de Estados Unidos o la Unión Europea.
Siete fallecidos por caso Medifarma
Este anuncio ocurre en medio de las investigaciones que comprometen directamente a la farmacéutica Medifarma. Documentos internos revelados por Cuarto Poder evidencian que operarios manipularon pruebas y ocultaron fallas en la elaboración del lote 2123624, cuyo contenido excedente de sodio habría desencadenado las muertes. La propia empresa reconoció negligencia y señaló a dos extrabajadores como responsables, quienes hoy enfrentan cargos penales.
En un contexto donde el acceso a medicamentos seguros es un derecho fundamental, la reforma representa un punto de inflexión. La aprobación de Apemed no solo implica la clausura de Digemid como hasta hoy la conocíamos, sino también una oportunidad para recuperar la confianza ciudadana en el sistema sanitario y cerrar el paso a prácticas negligentes que cobran vidas.
El siguiente paso está en manos del Congreso, que deberá debatir y aprobar este proyecto de ley. Mientras tanto, las víctimas del suero defectuoso y sus familias siguen esperando justicia, y el país exige garantías reales sobre lo que se pone en manos de los pacientes.