El estudio Mine 2020 de PWC refiere que las grandes compañías mineras recibirán un golpe moderado del 6% aproximadamente en el EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación, amortización y deterioro) para el año 2020.
El sector de minería no ha escapado de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, que ha afectado a todas las industrias del mundo. Según el Estudio Mine 2020 de PwC, el Top 40 de las principales compañías mineras del planeta parece estar resistiendo hasta ahora los embates de esta coyuntura, por lo que deberían aprovechar esta relativa estabilidad para adoptar estrategias con el fin de mitigar otros riesgos económicos y sociales.
De acuerdo con el Estudio, las grandes compañías mineras recibirán un golpe moderado del 6% aproximadamente en el EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación, amortización y deterioro) para el año 2020.
Este resultado viene luego de un sólido desempeño financiero en 2019, año en que los ingresos aumentaron 4%, hasta alcanzar los US$ 692 mil millones, y la capitalización de mercado aumentó 19%, a US$ 898 mil millones (aunque cabe mencionar que desde entonces se redujo a US$ 752 mil millones el 30 de abril de 2020).
Estos resultados les darían la fortaleza suficiente a las principales compañías mineras del mundo para resistir la incertidumbre económica creada por el COVID-19. No obstante, el informe advierte que las compañías del sector aún deben priorizar adaptarse a los impactos a largo plazo que va a generar esta pandemia.
Al respecto, es posible que deban pensar en mitigar los riesgos relacionados con las cadenas de suministro críticas e invertir más en las comunidades locales para mantener un desempeño positivo en el futuro.
Un cambio hacia la localización en las cadenas de suministro y acuerdos más pequeños en los mercados locales, así como diferentes formas de participación comunitaria, pueden ser algunas de las consecuencias de largo plazo de esta crisis.
“El comportamiento de los resultados en 2019 del Top 12 de empresas mineras peruanas que cotizan en la BVL tiene la misma tendencia que el Top 40 del mundo: los ingresos y el EBITDA aumentaron en 5% y 10%, respecto a 2018, y la liquidez se mantiene estable, situación que los pone en mejor posición que otros sectores de la economía para afrontar la recuperación tras COVID-19. No obstante, se sabe que los resultados para 2020 se verán afectados como resultado del confinamiento obligatorio”, indica Pablo Saravia, líder de minería de PwC Perú.
Saravia además señala que la pandemia y la crisis que enfrenta el sector minero pueden constituirse como una oportunidad para que renueve su compromiso con el desarrollo de las comunidades.
“Se deberá reorientar la inversión social minera en objetivos que perduren en el largo plazo y fomenten el desarrollo de las comunidades. Esto generará, con el tiempo, la confianza de los sectores que, como la agricultura, conviven con la actividad minera y necesitan intenciones y propuestas honestas de parte de las mineras. Asimismo, la inversión social de la minería y el sector más moderno de la agricultura, en favor de los sectores del agro menos favorecidos, podría generar un modelo de desarrollo productivo territorial exitoso”, comenta.
Una perspectiva cambiante para la inversión y las adquisiciones
El gasto de capital aumentó un 11%, hasta alcanzar los US$61 mil millones en el año fiscal pasado, de acuerdo con los hallazgos de PwC.
Además, según las conclusiones de Mine 2020, se espera que el gasto se desacelere este año, liberando flujos de efectivo y brindando a las compañías la capacidad de pagar dividendos, si así lo desean.
Por otro lado, se espera que los mega-deals se vean afectados este 2020 debido a la incertidumbre económica y las limitaciones prácticas de las visitas e inspecciones in situ a las unidades mineras. Sin embargo, las condiciones actuales brindan oportunidades para que el Top 40 aproveche de pequeñas adquisiciones en sus geografías locales.
El valor de las transacciones significativas de oro creció considerablemente en el último año, llegando a un total de US$19,200 miles de millones en el año 2019, cifra que es poco probable que ocurra nuevamente tanto en volumen como en valor como en los últimos años.
La ciberseguridad debe priorizarse
El informe de PwC también destaca que, actualmente, solo 12% de los CEO de las compañías de minería y metales califican la ciberseguridad como una gran preocupación, cifra que contrasta con 21% del año 2018 y 14% de 2019. No obstante, Mine 2020 señala que, durante un período similar, el número de violaciones cibernéticas reportadas entre las compañías mineras se cuadruplicó.
“La evolución digital del sector minero incrementará las amenazas cibernéticas dado que las redes industriales se integran cada vez más con las redes administrativas, así como proveedores y socios estratégicos. En los últimos años los ciber atacantes han diseñado software malicioso específico para tecnologías OT de fabricantes de clase mundial”, refiere Alexander García, Socio Consultoría de PwC Perú.
Crecientes expectativas en ESG
Aunque Mine 2020 ha descubierto que la mayoría de las grandes compañías mineras se están moviendo en la dirección correcta en la divulgación de compromisos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés), algunos muestran mejor desempeño que otros.
Solo 11 de las 40 principales compañías mineras (28%) están estableciendo compromisos y objetivos públicos, informando constantemente respecto a ellos y vinculando el desempeño ejecutivo y de gestión para lograrlos. Pero dadas las crecientes expectativas de los stakeholders, los Top 40 deberían haber superado la etapa de compromisos generales sobre ESG y pasar al siguiente nivel.
“Ahora más que nunca los mineros tienen la responsabilidad de mejorar la ‘marca minera’. Cuantas más empresas peruanas puedan demostrar que cumplen o tienden a cumplir con las expectativas de los stakeholders sobre ESG, mayores serán los beneficios para consolidar la licencia social y la habilidad de atraer inversiones de largo plazo”, puntualiza Saravia.