Ecuador ha marcado un hito en la región al despenalizar la eutanasia, convirtiéndose en el segundo país latinoamericano en hacerlo después de Colombia. La decisión, tomada por la Corte Constitucional con una mayoría de siete votos a favor de sus nueve magistrados, otorga a que personas con enfermedades incurables tengan una muerte digna.
La histórica sentencia surge a raíz del caso de Paola Roldán, una paciente de 43 años que sufre de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa y dolorosa. Roldán desafió el artículo 144 del código penal ecuatoriano, que consideraba la eutanasia como un acto de homicidio, enfrentando una posible condena de prisión de entre 10 y 13 años. La Corte, al evaluar su caso, determinó la inconstitucionalidad de dicho artículo, abriendo así el camino hacia el reconocimiento del derecho a una muerte digna.
La sentencia de la Corte Constitucional ordena al Ministerio de Salud la elaboración de un reglamento para los procesos de eutanasia activa en un plazo de dos meses. Asimismo, la Defensoría del Pueblo tiene la tarea de redactar un proyecto de ley sobre el tema, el cual deberá ser aprobado por el Congreso en un plazo máximo de un año.
Esta decisión marca un cambio significativo en Ecuador, un país tradicionalmente conservador y de mayoría católica. La Corte reconoció el derecho de las personas a tomar decisiones libres e informadas sobre su propia vida, especialmente en situaciones de sufrimiento intenso causado por enfermedades graves e incurables. Paola Roldán, quien ha sido una voz valiente en este proceso, expresó su deseo de descansar en paz y en dignidad, contribuyendo así a abrir las puertas para aquellos que enfrentan circunstancias similares en Ecuador y en toda América Latina.