Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el calentamiento global está exacerbando el riesgo de transmisión de más de 200 enfermedades relacionadas con alimentos contaminados. Este peligro se agrava debido a las condiciones propicias que el cambio climático proporciona para la proliferación de plagas, constituyendo la principal fuente de contaminación en la cadena de producción y transformación de alimentos.
El biólogo Ernesto Berrocal, especialista en plagas de Productos y Servicios Agroindustriales (PSAI), alerta sobre las consecuencias de la contaminación alimentaria, subrayando su impacto en el sistema de salud pública y la productividad de la agricultura y la industria alimentaria.
Berrocal destaca que la contaminación puede ocurrir en todas las etapas de producción y transformación de alimentos, desde la agricultura y ganadería hasta el almacenamiento y procesamiento. Factores como la contaminación ambiental del suelo, agua y aire, junto con la proliferación de plagas, especialmente insectos rastreros y voladores, así como roedores como ratas y ratones, contribuyen a este riesgo.
En el ámbito industrial, resalta que las altas temperaturas derivadas del calentamiento global incrementan el riesgo de contaminación por la presencia de plagas como moscas, cucarachas, ratas y hormigas durante el procesamiento de alimentos. Este fenómeno no solo amenaza la salud pública sino que también puede resultar en la pérdida de imagen de la empresa y, en casos extremos, llevar al cierre de plantas de producción.
Las enfermedades derivadas de alimentos contaminados abarcan desde diarreas leves hasta diversos tipos de cáncer, así como problemas gastrointestinales, cuadros neurológicos, ginecológicos e inmunológicos. Entre los agentes patógenos más frecuentes se encuentran la Salmonella, Campylobacter y Enterovirus.
Berrocal enfatiza que el cambio climático, manifestado en el calentamiento global, afecta la producción, transformación, distribución y consumo de alimentos, así como su disponibilidad y seguridad. Estudios recientes indican que las alteraciones en la temperatura ambiental y patrones de lluvias influyen en la contaminación de frutas y verduras, la proliferación de plagas y la calidad del agua utilizada en la agricultura y ganadería.
Para hacer frente a las plagas en la industria alimentaria, Berrocal propone la implementación de un programa de Manejo Integrado de Plagas, adaptado a cada caso y centrado en prevenir las condiciones que favorecen la proliferación de plagas. Este enfoque integral abarca acciones de fumigación, gestión de fauna, tratamientos biológicos y planes preventivos en riesgos laborales asociados a plagas.
El biólogo destaca la importancia de medidas de control físico y químico, así como una gestión ambiental adecuada. Prevenir la entrada de roedores o insectos en las instalaciones de la empresa se presenta como una de las estrategias más efectivas en el control integrado de plagas, ya que estas especies buscan espacios donde se desarrollan actividades humanas en busca de alimento y refugio.