Tras siete años de investigación, Devida advierte una reversión en la tendencia de consumo, con alzas en alcohol, marihuana y tranquilizantes sin receta. Las adolescentes lideran el consumo de alcohol y vaporizadores, mientras que el uso en solitario y los efectos perjudiciales van en aumento.

Aumenta el consumo de alcohol y cigarrillos electrónicos entre escolares peruanos, con mayor impacto en adolescentes mujeres

Por Stakeholders

Lectura de:

Tras siete años, Perú vuelve a contar con un diagnóstico claro del consumo de sustancias entre su población escolar. El panorama exige atención urgente: crecen el consumo de alcohol y cigarrillos electrónicos, con mayor incidencia entre adolescentes mujeres, y se consolida una transformación en los patrones de uso.

El Estudio Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2024, elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), cuenta con el respaldo de la Embajada de los Estados Unidos y siguiendo estándares internacionales de la CICAD-OEA.

Cifras del consumo de drogas en alumnos

El informe, basado en una muestra de más de 45 mil escolares de secundaria de colegios públicos y privados en todo el país, estima que más de 205 mil estudiantes presentan consumo problemático de alcohol (CPA), con prevalencia más alta entre mujeres (12.3%) que hombres (9.1%). Además, el 36.4% de los escolares ha consumido alcohol alguna vez, y el uso de cigarrillos electrónicos (16%) ya supera al del tabaco tradicional (13%).

La marihuana sigue siendo la droga ilegal de mayor prevalencia. Aunque Perú representa apenas el 0.02% del consumo global estudiantil de esta sustancia, más de 34 mil escolares cumplen criterios de consumo problemático de marihuana (CPM), y casi la mitad de ellos se encuentra en la categoría de alto riesgo.

Según el estudio, el 5.4% de estudiantes ha consumido drogas ilegales —equivalente a más de 104 mil escolares—, y el 4.6% ha usado tranquilizantes o estimulantes sin prescripción médica. Estos datos muestran un repunte del consumo en todas las categorías respecto al último estudio de 2017, rompiendo la tendencia de descenso registrada entre 2007 y 2017.

Nuevas formas de consumo y socialización

El confinamiento durante la pandemia de COVID-19 emergió como un factor clave. Según el informe, las restricciones sociales y el uso intensivo de tecnologías reconfiguraron la forma en que los adolescentes se relacionan, expresan emociones y gestionan el estrés, favoreciendo nuevas modalidades de consumo.

De los escolares que beben alcohol, el 31.2% lo hace en solitario —una conducta asociada a mayor riesgo de dependencia futura— y el 23.6% reporta haber tenido episodios de olvido o lagunas mentales tras beber, una tendencia más frecuente en colegios públicos.

Adolescentes mujeres lideran el consumo problemático

El informe pone especial atención al incremento del consumo entre adolescentes mujeres, que hoy superan a los varones tanto en consumo anual de alcohol como en prevalencia de CPA. Asimismo, las motivaciones para beber —como relajarse, integrarse a un grupo o mejorar el estado de ánimo— fueron reportadas por el 35.6% de los encuestados, con mayor incidencia en mujeres.

En cuanto a riesgos asociados, más de un tercio de los bebedores de último año reportó haber viajado en un vehículo conducido por alguien que había consumido alcohol, siendo más común esta experiencia entre estudiantes de colegios públicos.

Diferencias regionales y respuesta estatal

A nivel territorial, el consumo de drogas ilegales se concentra en regiones de frontera como Madre de Dios, Tacna y Tumbes. En términos generales, el uso de sustancias es más alto en la Costa y la Selva, especialmente en Lima Provincias, Callao y Piura.

Frente a este panorama, el presidente ejecutivo de Devida, Carlos Figueroa, destacó la implementación de la Política Nacional Contra las Drogas al 2030, con un enfoque multisectorial, territorial y centrado en las personas. Entre las acciones más relevantes, figuran:

  • 246 mil escolares fortalecieron sus habilidades psicosociales en coordinación con las 25 Direcciones Regionales de Educación.
  • 40 mil atenciones en salud mental a adolescentes en riesgo a través del Servicio de Orientación, Consejería e Intervención Breve.
  • Más de 11 mil intervenciones comunitarias para fortalecer la prevención desde las municipalidades.

El estudio —elaborado sobre una muestra de 402 colegios, que representan a 1.9 millones de estudiantes— ofrece datos valiosos para diseñar políticas públicas de prevención más eficaces y adaptadas al nuevo perfil de consumo entre adolescentes. “El reto ahora es intervenir con rapidez, pertinencia y enfoque diferencial”, concluyó Figueroa.

LEA TAMBIÉN: Frederico Guanais: Perú debe invertir más en salud y adaptar la tecnología a las necesidades reales







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.