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Desde que se decretó la emergencia nacional por el COVID-19, el Albergue “Casa de Todos”, ubicado en la Plaza de Acho, se ha convertido en un lugar digno y seguro para ayudar a  las personas más vulnerables de la ciudad. Aquellas que no tienen vivienda o un sitio donde dormir y terminan deambulando por las calles como indigentes. Guillermo Ackermann, Presidente del Directorio de la Beneficencia de Lima, conversó con Stakeholders sobre este noble proyecto que ha sido reconocido más allá de nuestras fronteras y replicado incluso en otros países.

Por David Rodríguez Andara
drodriguez@stakeholders.com.pe

 

 

¿Cuáles fueron los objetivos que motivaron la creación del albergue Casa de todos en la Plaza de Acho?

El origen se remonta al mes de agosto del año pasado cuando junto con la Municipalidad de Lima identificamos en el Centro Histórico de la Ciudad a un grupo de personas que no tenían techo y, en conjunto con la USIL, hicimos un primer esfuerzo por ofrecerles,a casi una veintena de adultos mayores, albergue en el Hogar Canevaro. En ese momento fuimos conscientes que quedaban muchos en la calle.

Una vez que empezó la emergencia y el gobierno decretó la cuarentena inmediatamente nos pusimos a pensar en un camino para darles un lugar digno y seguro donde pasar este tiempo a este grupo de indigentes.

 

¿Por qué se selecciona este lugar para establecer un centro de apoyo social con estas características?

Esta iniciativa surge de la Beneficencia de Lima y viendo los lugares que nosotros podiamos tener para implementar este albergue, la Plaza de Acho reunía muchas características favorables. Con el visto bueno de la Municipalidad de Lima y previa consulta al Ministerio de Cultura, procedimos a conversar con la empresa mexicana que es la arrendataria de la Plaza y desde el primer momento se mostraron dispuestos a encontrar una propuesta para que se viabilice el proyecto.

 

¿Por qué un albergue para personas abandonadas en este momento de emergencia nacional?

Porque es quizá una de las poblaciones vulnerables que tienen menor visibilidad. Nos tenemos que desacostumbrar a que formen parte del paisaje. Esta situación la tenemos que revertir.  Además las personas en condición de calle estaban mucho más expuestas a ser contagiadas y a convertirse en un foco de expansión del virus.

Guillermo Ackermann, Presidente del Directorio de la Beneficencia de Lima

 

¿Cómo se encuentra conformado el equipo multidisciplinario que se encuentra a cargo de este proyecto?

Lo primero que hay que destacar es la capacidad de hacer sinergia entre la Municipalidad de Lima y la Beneficencia. Encontramos en el Alcalde de Lima, el Dr. Jorge Muñoz, a una persona que privilegia al ciudadano por sobre todo y eso es algo que se debe conocer. Por lo tanto, una iniciativa de esta naturaleza no solo la acogió, sino que puso a muchas áreas de la Municipalidad a trabajar para que, de la mano con la Beneficencia, se saque adelante esta buena obra. Desde el área de servicio social, salud, seguridad ciudadana, educación, cultura, turismo, sistemas y otras más.

 

¿Qué servicios ofrece este albergue a las personas que están recibiendo?

En primer lugar salud. No solo lo directamente vinculado al COVID-19, sino implementamos con SISOL y con el MINSA todo un protocolo de detección y tratamiento preventivo para otras enfermedades que están muy presentes en las personas de la calle. Una vez ingresados y con todas las pruebas para descartar contagiados, implementamos un servicio de higiene y aseo personal. La alimentación está elaborada bajo estándares nutritivos especiales y por supuesto tenemos el servicio de alojamiento.

 

¿Cómo están distribuidas sus instalaciones?

Esto ha sido trabajado por especialistas en arquitectura y diseño de interiores, que tienen amplia experiencia en el tema de salud y en la implementación de albergues de estas características. Profesionales que anónimamente han donado su tiempo y experiencia para hacer una distribución que cumpla con los rigores de una cuarentena estricta.

¿De qué empresas y organizaciones han obtenido donaciones para dotar y poder mantener este centro de ayuda?

Son casi 70 empresas las que directa o indirectamente siguen ayudado. Importante destacar no solo a la de arquitectura, sino a los chefs, quienes prefirieron mantener en reserva sus nombres, a uno de los restaurantes más importantes del país que nos acogió para poder utilizar su cocina. Decenas de empresas que abastecen de insumos a diario. Otras que nos brindan artículos de higiene y limpieza. Recibimos también donación de ropa, libros y hasta juegos de mesa. Compañías que nos abastecen de agua. Y la empresa de energía. Nuestra gratitud y reconocimiento a cada una de ellas. Un homenaje también a cientos de personas individuales que nos brindan su apoyo

 

¿Cuántas personas han sido alojadas hasta el momento y en qué condiciones se encontraban en las calles de Lima? ¿Hay niños y ancianos también en este albergue y qué tratamiento especial les están ofreciendo?

La capacidad es de 122 albergados y va variando conforme son derivados a otros albergues. La condición es que hayan sido personas que no tenían techo y su estado era deplorable. No tenían nada, solo su condición de indigentes de la calle. Al principio teníamos niños, mujeres y familias, pero en el camino nos concentramos en adultos mayores, que son los más vulnerables. Logramos la reubicación de mujeres y familias a otros centros.

¿En qué consiste la evaluación integral que se le realiza a cada persona a la hora de ingresar al albergue?

Fundamentalmente se realiza un despistaje de COVID-19 y de otras enfermedades como TBC, VIH, desnutrición, pulmonares, cardiacas y otras.

 

¿Cuántos personas laboran en este centro de ayuda? ¿Cuántas pertenecen al voluntariado?

En total hay 60 personas en dos turnos. El voluntariado en estas circunstancias es muy restringido.

 

¿Qué medidas sanitarias se están tomando para proteger del contagio del coronavirus a las personas que trabajan y a las que están alojadas en este albergue?

Aplicamos todos los protocolos que manda el MINSA. Contamos con el apoyo 24 horas al día de SISOL.

 

¿Cómo funciona el centro médico móvil que se instaló en este albergue y si éste beneficia también a los habitantes de la comunidad cercana a la Plaza de Acho?

Es un servicio de todo el día. Un reconocimiento especial a los especialistas de salud que se juegan la vida por servir. Por ahora estamos concentrados en nuestros albergados.

 

¿Cómo se dió el apoyo de connotados Chefs para preparar las comidas que se reciben en el albergue?

Son héroes. Me quito el sombrero frente a ellos. Por eso el Perú es líder en gastronomía en el mundo, porque nuestros chefs no solo cocinan, sino que son personas a carta cabal.

 

¿Por qué cree que el Albergue “Casa de Todos” se ha convertido en un proyecto del que se está hablando dentro y fuera de Perú?

“Casa de Todos” se ha convertido en el símbolo de la esperanza en el país. Es algo que nunca se había hecho y que está siendo reconocido y replicado incluso en otros países. Hemos tenido consulta e interés en el mismo BID para ofrecer apoyo. La solidaridad está en el ADN del peruano, y aflora especialmente en los momentos de crisis.

 

¿Qué pasará con las personas en situación de calle que se encuentren en el albergue una vez que concluya la emergencia nacional por el coronavirus? ¿Se les dará seguimiento a sus casos?

Existe el compromiso de la Beneficencia de Lima y de la Municipalidad de Lima, que estas personas no regresen a la calle. Para ello estamos trabajando en el proyecto de “Casa de Todos” permanente, que estará lista para poder trasladar a los adultos mayores apenas termine el aislamiento, que para ellos es más prolongado, por su edad.

Pero para ello necesitamos sumar el apoyo de muchos peruanos porque el costo de implementación y operación es alto. El pedido de apoyo nos están apoyando numerosos líderes de opinión e influencers, y saldremos con una campaña de comunicación muy intensa para recaudar los fondos.

 

Hace muchos años que no se escuchaba sobre la Beneficencia de Lima y de un momento a otro ha tomado un protagonismo en la gestión social de la ciudad. ¿Como así se está dando?

Hace poco más de un año recibimos el encargo del Alcalde de Lima Metropolitana de recuperar una de las instituciones más antiguas y prestigiosas de la ciudad  y estamos comprometidos en este propósito.

La Beneficiencia tiene 186 años y desde su origen se hizo cargo de los más pobres y abandonados. Es una institución social y cultural que tuvo un protagonismo importante hasta hace cinco décadas. Hemos diseñado un plan maestro para 15 años basado en cuatro pilares: social, cultural, patrimonial inmobiliario-comercial y el institucional. Haremos que la ciudad tenga una Beneficencia que se haga cargo de los más necesitados.







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