De acuerdo con el estudio “Tareas en el hogar: Percepción y comportamiento” de Avon, existen tareas operativas y mentales en el hogar donde los hombres sienten una percepción de equidad, mientras que las mujeres aún sienten la brecha.

Por Stakeholders

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Seis de cada 10 peruanas considera que la carga mental del hogar recae 100% en ellas, el estudio Tareas en el hogar: Percepción y comportamiento, elaborado por Avon y Gentedemente. Este revelador dato arroja luz sobre una realidad arraigada en la sociedad peruana: la desigual distribución de responsabilidades en el ámbito doméstico.

Las llamadas «cargas invisibles», responsabilidades mentales como la planificación de actividades familiares o el seguimiento de pagos, son mayoritariamente asumidas por las mujeres. Solo el 11% de los hombres percibe una distribución equitativa.

Alexandra Oliva, gerenta de Reputación y Comunicación Corporativa en Avon, destaca la importancia de reconocer estas cargas invisibles y las desigualdades de género asociadas. Según Oliva, las mujeres enfrentan una carga mental mayor que se suma a las responsabilidades operativas del hogar, lo que refleja un desequilibrio en la distribución de roles.

El 40% mujeres no tienen trabajo remunerado

El informe de Avon señala que un 40% de las mujeres peruanas no tienen un trabajo remunerado, lo que indica una dedicación exclusiva al trabajo doméstico. Asimismo, aunque el 51% de los encuestados considera su hogar equitativo, un 40% aún lo percibe como patriarcal, lo que subraya la persistencia de normas de género arraigadas en la sociedad.

El estudio también revela que el 35% de las mujeres peruanas considera que la distribución de tareas domésticas es nada equitativa, mientras que solo el 17% de los hombres comparte esta percepción.

Sin embargo, el estudio también arroja una nota de esperanza. Cerca del 40% de los encuestados mostraron una tendencia a reflexionar sobre las diferencias de género en las responsabilidades domésticas, y el 59% de las familias demostraron un mayor potencial para el cambio de comportamiento.

El estudio de Avon y Gentedemente pone de relieve la persistente desigualdad de género en las responsabilidades del hogar, destacando la necesidad de un cambio cultural y una distribución más equitativa de las cargas operativas y mentales. En el camino hacia la equidad de género, reconocer y abordar estas desigualdades invisibles es un paso fundamental hacia un futuro más justo y equitativo para todos.







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