Al menos unos 780 mil coreanos fueron obligados a realizar trabajo forzado durante los 35 años de ocupación japonesa, de acuerdo con datos surcoreanos, sin mencionar, a las mujeres forzadas a la esclavitud sexual por soldados japoneses.
Ante ello, Corea del Sur anunció sus planes para compensar a las víctimas del trabajo forzado impuesto por Japón durante la guerra. Cabe resaltar, que Japón no tiene participación directa en esta decisión.
Entre los planes para compensar a las víctimas y sus familias, está, usar una fundación surcoreana para recibir donaciones de empresas nacionales que se beneficiaron del paquete de reparaciones japonés de 1965, así lo hizo saber el ministro de Relaciones Exteriores, Park Jin.
En esa línea, el ministro, agregó que esperan una respuesta positiva de Japón, con empresas japonesas que contribuyan voluntariamente y brinden una amplia disculpa.
“La cooperación entre Corea y Japón es fundamental en todas las áreas de la diplomacia, la economía y la seguridad, en medio de la grave situación internacional y la compleja crisis global”, señaló Park.
La propuesta, recibió rápidamente la aprobación del primer ministro japonés, Fumio Kishida, quien elogió el plan presentado por Seúl y mencionó que su Gobierno conservará sus disculpas por el calvario sufrido por los afectados.
“Hemos aceptado la posición articulada por los gabinetes anteriores sobre la visión de la historia y seguiremos haciéndolo”, dijo Kishida durante una sesión parlamentaria luego de que Seúl informara su pacto con Tokio para indemnizar a personas esclavizadas por empresas japonesas durante ese período.
El primer ministro dio la bienvenida al plan y dijo que esta decisión “contribuirá a restaurar lazos saludables entre Tokio y Seúl.
En tanto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, elogió los planes surcoreanos y dijo estar admirado por el trabajo que vienen realizando ambos países a fin de impulsar sus relaciones bilaterales.
Cabe resaltar que Corea del Sur y Japón son aliados regionales de Estados Unidos, sin embargo, sus relaciones bilaterales han sido tensas por el duro mando colonial de Tokio en la península coreana.
Para Tokio, el tratado de 1965, donde ambos países (Corea del Sur y Japón) restauraron sus relaciones diplomáticas con reparaciones de 800 millones de dólares en donaciones y préstamos blandos, resolvió todos los reclamos de la era colonial.