
Del 1 al 4 de septiembre, la capital peruana se convirtió en el epicentro de la solidaridad y el liderazgo con la celebración de la 7ma Conferencia Regional del Día de las Buenas Acciones. Impulsada por la asociación israelí Good Deeds Day, este evento no fue solo un foro de debate, sino una potente demostración de que la acción colectiva es la fuerza más poderosa para construir un futuro más resiliente.
Delegaciones de 14 países, incluyendo representantes de México, Costa Rica, Colombia, Argentina e Israel, se congregaron en Lima para una jornada de reflexión e inspiración. El encuentro reunió a líderes sociales, expertos y organizaciones de la sociedad civil, la academia y el gobierno, con el objetivo de intercambiar buenas prácticas y fortalecer el ecosistema del voluntariado en la región. Las sesiones se enfocaron en el liderazgo consciente, la gestión sostenible y la movilización de equipos desde la colaboración y la motivación.
«El Día de las Buenas Acciones es un movimiento global que nace en Israel para unir a personas y líderes que quieren hacer el bien. Para nosotros, toda acción, por más pequeña que sea, cuenta», explicó Maria Fernanda Delfino, CEO de Proa. La elección de Perú como sede no fue casual: «En Perú hay un ecosistema social bastante potente donde no solamente están los líderes de la sociedad civil, sino también tenemos gobiernos y academia que están participando del encuentro», agregó Delfino, destacando la participación de más de 150 personas de toda la región.
Voluntariado en acción: Más allá de los conversatorios
El punto culminante de la conferencia fue la jornada de voluntariado en la playa Los Domos en San Miguel. En un claro ejemplo de que el evento va más allá de la teoría, los participantes se unieron para realizar una limpieza de playa. Con la colaboración de aliados como Techo Perú, Impulso Social, Por Mi Parque Pongo Mi Parte y el Grupo Aje, lograron recolectar un total de 684 kg de residuos.
Esta actividad, coordinada por TECHO Perú e Impulso Social, sirvió como un recordatorio tangible del poder de la acción colectiva. Karina Sanchez Azabache, Directora Ejecutiva de TECHO, compartió su perspectiva: «Más allá de la construcción, nuestro trabajo es el comunitario. Buscamos fomentar la participación de jóvenes, y estos espacios multiactores nos permiten tener objetivos en común y trabajar de manera más conjunta.» En su visión, el voluntariado es un vehículo para superar la pobreza a través de una vivienda digna y la movilización de la ciudadanía. La organización, que cumple 20 años en 2025, tiene como meta llegar a más de 5,000 movilizaciones de voluntarios y alcanzar la vivienda 6,000.

El propósito como estrategia
La conferencia también sirvió para debatir la evolución del voluntariado, alejándolo de la percepción de ser solo una «ayuda humanitaria esporádica» y posicionándolo como un pilar estratégico en la sostenibilidad de las organizaciones. Maria Fernanda Delfino señaló que «el valor del voluntariado está en que permite a los colaboradores conectar con su propósito».
En un mundo laboral donde los empleados buscan algo más que una buena remuneración, el voluntariado corporativo se ha convertido en una herramienta clave para atraer y retener talento. «Cada vez más empresas nos tocan las puertas […] para incentivar programas de voluntariado corporativo, porque los colaboradores tienen esa conciencia social supermarcada y buscan reconectar con el propósito», enfatizó Delfino.
Esta visión fue compartida por líderes de diversas organizaciones presentes, como Victor Hugo Gutierrez, Director Ejecutivo de Clownsciente. Su organización, que se especializa en llevar felicidad a personas vulnerables, fue una de las anfitrionas del evento. Clownsciente tiene dos programas de voluntariado: Maestros Clownscientes, que trabaja con niños en hogares de INABIF, y Doctores Clownscientes, que visita a personas en entornos hospitalarios. En ambos casos, el objetivo es el mismo: «transformar el momento de las personas» a través de la risa y el arte.
«Creemos firmemente, al igual que el Día de las Buenas Acciones, que nuestro propósito es impulsar la felicidad de las personas a través de acciones conscientes», mencionó Gutiérrez. «El voluntariado es una forma de hacer algo por el otro».
El Día de las Buenas Acciones en Perú no solo fue un encuentro de líderes, sino un recordatorio de que, a través de la solidaridad, la acción ciudadana y la articulación entre sectores, es posible generar un cambio positivo y duradero en la sociedad.