El negocio del fast fashion es responsable del 10% de las emisiones contaminantes a nivel mundial.

Por Stakeholders

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Las marcas de moda británicas han sido señaladas por un reciente estudio que indica que muy pocas de ellas han presentado sus objetivos de reducción de emisiones, demostrando que su compromiso con el cuidado ambiental sólo ha sido de palabra.

Pese a que las empresas examinadas forman parte del British Fashion Council, una organización que se dedica a impulsar los objetivos climáticos en la moda y promover el crecimiento económico de esta industria, el análisis realizado por el Collective Fashion Justice (CFJ) demuestra que la ONG no ha logrado un avance significativo en materia de justicia ambiental.

El negocio del fast fashion, valuado en cerca de 1,9 billones de dólares, es tan fructífero como contaminante, ya que se le atribuye la responsabilidad el 10% de las emisiones contaminantes a nivel mundial. Lamentablemente, este hallazgo deja en evidencia que, pese a sus redituables ganancias, la industria de la moda ha invertido muy poco en volverse sostenible. 

La Collective Fashion Justice (CFJ), una organización que lucha por construir un sistema de la moda sostenible y combatir los daños que la industria ha causado al medioambiente, a los animales y a la sociedad,  acaba de publicar un estudio llevado a cabo en mayo de 2024 en el que consideró a las 223 marcas de moda que son miembros del British Fashion Council.

Después de descartar a algunas empresas por ser escuelas de moda o programas de apoyo, el estudio tomó como base a 206 marcas de moda británicas. El exámen dió a conocer que sólo el 3.39% de las marcas, esto es, siete empresas, han declarado de manera publica sus objetivos de reducción de emisiones contaminantes, mientras que sólo 2,4% de ellas (cinco marcas) tienen objetivos climáticos en la moda que confeccionan alineados con el Acuerdo de París, el cual busca mantener el calentamiento global por debajo del 1,5°C.

¿Cuáles son las marcas que han publicado sus objetivos climáticos?

Rixo, Mulberry

Margaret Howell

Kyle Ho

Holzweiler

Coco de Mer

Burberry

De ellas, sólo Rixo, Mulberry, Margaret Howell, Kyle Ho y Burberry tienen objetivos basados en la ciencia.

Aparentemente, la CFJ ha decidido publicar estos hallazgos en vísperas de la Semana de la Moda de Londres, que se llevará a cabo del 12 al 17 de septiembre, como una forma de presionar a la industria para implementar cambios que permitan alcanzar los objetivos climáticos de la moda y demuestren su compromiso con cuidar el medio ambiente y no sólo generar ganancias a costa de él.

La producción de ropa continúa en aumento

La Textile Recycling Association (TRA), una organización de Reino Unido que se encarga de recolectar, procesar, clasificar y exportar ropa usada, textiles y paños de limpieza, ha advertido que las plantas de procesamiento de textiles ya alcanzaron su máxima capacidad a lo largo del país, por lo que su capacidad para recolectar y reciclar podría ser insuficiente.

Aunque en la actualidad la industria de la moda se encuentra produciendo a un nivel nunca antes visto, se estima que el consumo incrementará en un 63% para 2030 y que la venta de ropa puede alcanzar los 160 millones de toneladas para 2050, lo que representa más del triple de la cifra que se vende actualmente.

Esto último señala una incongruencia con las prácticas sostenibles que se esperan de la industria que, lejos de disminuir su producción e incentivar el consumo responsable entres sus clientes, sigue aumentando la producción a costa del medio ambiente. 

Todo esto lleva a preguntarnos si realmente existen objetivos climáticos en la moda de las múltiples marcas disponibles, ya que la sobreproducción de prendas, el aumento de la demanda y la sobreexplotación de recursos son incompatibles con el cuidado ambiental y un obstáculo para garantizar la preservación del Planeta.

Objetivos climáticos en la moda

El estudio de Collective Fashion Justice (CFJ) revela una preocupante falta de progreso en la industria de la moda británica en términos de sostenibilidad ambiental, a pesar del respaldo institucional del British Fashion Council y las promesas del sector de la moda. Con solo un pequeño porcentaje de marcas estableciendo objetivos de reducción de emisiones alineados con el Acuerdo de París, queda claro que la industria, a pesar de sus significativas ganancias, ha fallado en traducir su discurso sostenible en acciones concretas.

Resulta crucial que las marcas de moda respondan a la presión pública y comiencen a implementar cambios significativos en sus prácticas. La industria debe actuar con urgencia para reducir su impacto ambiental y evitar ser partícipe de la destrucción del Planeta. Solo así podrá demostrar un verdadero compromiso con el medio ambiente y con un futuro más sostenible para el sector.







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