Por Stakeholders

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El V Congreso Internacional de Compliance y Lucha Anticorrupción congregó
a distintos profesionales y autoridades del país y el mundo del sector, quienes expusieron
desde diversas perspectivas sobre este tema y parte de su solución.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

La corrupción ha significado una pérdida de más de 22 mil millones de soles durante el 2020 en el Perú, según refiere la Contraloría de la República. La cifra evidencia la importancia de luchar contra este problema y también su prevención, aspectos que se abordaron durante el V Congreso Internacional de Compliance y Lucha Anticorrupción, organizado por la World Compliance Association.

Entre las destacadas ponencias, tuvo lugar la del Nelson Shack, contralor general de la República, quien se refirió sobre la importancia de que la corrupción pueda ser combatida por los diferentes estamentos de la sociedad peruana, más aún cuando tiene relación con la formación en valores que viene desde la familia.

“El problema de la corrupción no lo puede resolver solo la sociedad civil, el Gobierno o el sector privado, cada uno trabajando por su lado (…)El corrupto es consciente de lo que hace. Por tanto ahí tiene que ver el tema de valores, principios, eso que se forma en el hogar, se consolida en la escuela y se fortalece en la vida laboral”, señaló.

A su entender, conceptualmente no es posible eliminar en su totalidad la corrupción. Muestra de ello es que aún existe en países como Noruega, Finlandia, Dinamarca, entre otros, a pesar de que estos últimos son calificados como los más transparentes del mundo. “Siempre van a existir casos. Malos funcionarios públicos o empresarios siempre van a estar. Pero la diferencia con estos países desarrollados, que tienen casos, es que son situaciones aisladas. Estructuralmente el ‘virus’ que más daño nos ha hecho a lo largo de nuestra historia es sin duda, sobre todo en los últimos años, la corrupción”, aseveró.

Desigualdades y desconfianza


Las consecuencias de la corrupción van más allá de los círculos en los que se da, ya que afecta al desarrollo del país y, especialmente, el de los más vulnerables. Así lo explicó Eloy Munive, de la Secretaría de Integridad Pública de la Presidencia de Consejo de Ministros, quien agregó que se deteriora la confianza de la ciudadanía y la legitimidad de las instituciones.

“La corrupción genera desigualdad porque tiene una afectación amplia de derechos. (…) Genera exclusión porque habrán personas que no van a poder recibir servicios públicos claves. También desencanto, asociado con desconfianza, desesperanza y apatía que puede surgir en relación a este problema”, indicó.

Munive subrayó la importancia de que las estrategias no solo se centren en la lucha contra la corrupción, sino también en su prevención. Por ello, mencionó que desde el 2017 se ha desarrollado un marco normativo cada vez más específico para buscar que al interior de las entidades se potencie también la capacidad de prevención.

Integridad académica

Un tema crucial también es la formación de los profesionales en el sector. Durante el evento, Carlos Arias, presidente de la Academia de la Magistratura, dijo que toda capacitación se debe dar con integridad académica, la cual es un plus que en definitiva se viene impartiendo desde la institución que preside.


“Podríamos decir que vivir la integridad académica significa actuar con responsabilidad, honestidad, respeto, confianza, justicia y valentía en cualquier actividad. Visto así, la integridad académica es una cualidad que reside en el núcleo del proceso de enseñanza – aprendizaje”, manifestó.

Vale recordar que la Academia es un ente que capacita, actualiza, certifica, entre otras funciones, a los aspirantes a la magistratura y magistrados del Poder Judicial y el Ministerio Público, por lo que ética cobra vital relevancia en el despliegue de sus actividades.







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