Enrique Pasquel, gerente de la División de Asuntos Corporativos de Credicorp, habló con Stakeholders sobre los principales resultados del primer estudio de Índice de Inclusión Financiera realizado por esta organización en 7 países de América Latina, incluido el Perú.
Por David Rodríguez Andara
drodriguez@stakeholders.com.pe
¿Qué significa para Credicorp la elaboración de este primer informe sobre el tema de Inclusión financiera en la región?
Cuando estuvimos revisando estudios de inclusión financiera en la región, vimos que había vacíos de información en diversos países. Ello nos motivó a tomar la decisión de encargar a Ipsos la elaboración del Índice de Inclusión Financiera (IIF) de Credicorp, que permita visibilizar y monitorear este tema en Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú y México.
Sentimos que era necesario hacer una investigación de este tipo, pues durante mucho tiempo, el concepto de inclusión financiera se asoció solo al acceso que tenían las personas al sistema bancario. La bancarización de las personas es un aspecto muy importante para que una persona pueda realizar sus planes, pero se complementa con el uso y la relación que se va construyendo entre los usuarios y el sistema financiero a lo largo del tiempo.
Por ello, la inclusión financiera es el acceso y uso adecuado de productos y servicios financieros, que consoliden una buena relación cada vez que una empresa o un usuario satisfaga una necesidad transaccional como, ahorrar, transferir dinero, pagar, tomar un crédito, un seguro o un producto previsional, entre otros.
Para Credicorp, impulsar la inclusión financiera es imperativo, pues es la vía para que más personas y empresas puedan cumplir sus planes, desarrollarse y crecer, y con ello alcanzar niveles de bienestar.
¿Cómo se elaboró este estudio y que puntos en específico se tomaron en cuenta para determinar sus resultados?
Para la fase de investigación, se realizaron 1,200 encuestas en cada país, tanto en los ámbitos urbano y rural. El trabajo de campo se realizó durante mayo y junio de este año y en total fueron encuestadas 8,400 personas en la región.
Para este estudio, se ha trabajado con una escala de 0 a 100, de manera que, a mayor puntaje, mayor nivel de inclusión financiera. El Índice de Inclusión Financiera (IIF) está construido en base a tres dimensiones: acceso, uso y calidad percibida.
Dado su diseño, estructura y dimensión, el IIF es la fotografía más actualizada de la relación que mantienen las personas con los productos y servicios financieros, y de seguros en los siete países evaluados.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos que arrojó la investigación en materia de inclusión financiera en la región y en el Perú?
El principal hallazgo para la región es que aún existe una gran brecha en inclusión financiera. El Índice Inclusión Financiera en los siete países evaluados es de 38.3 puntos sobre 100.
Si revisamos la data en base a las tres dimensiones estudiadas (acceso, uso y calidad percibida), en la región, las dos primeras dimensiones son las que registran resultados más bajos (33.3 y 24.6 puntos respectivamente), mientras que la tercera muestra un mejor nivel (57.1 puntos).
Un aspecto que llama la atención es que en todos los países hay un alto número de ciudadanos que siguen pagando en efectivo la mayoría de sus compras y pagos de servicios. El Perú se encuentra en el penúltimo lugar del ránking de inclusión financiera de la región con un puntaje de 37.9, solo superando a México que registra 35 puntos. Asimismo, el Perú también ocupa el penúltimo lugar en la dimensión de Acceso (34.3 puntos). En la dimensión Uso, el Perú muestra un puntaje de 22.7, ocupando así el quinto lugar, cuyo promedio regional es de 24.6.
El Perú ocupa también el quinto puesto en la dimensión calidad percibida (56.8 puntos), por debajo del promedio regional (57.1 puntos).
El 52% de los peruanos señala que no cuenta con ningún producto financiero para el ahorro. De los que sí cuentan con un producto de ahorro, el 32% señaló que tiene una cuenta de ahorro o corriente y el 29% una tarjeta de débito.
¿De qué manera estos resultados serán empleados en la estrategia que lleva Credicorp para aumentar los niveles de inclusión financiera en el país?
Credicorp ha integrado la inclusión financiera como un factor clave de su estrategia de sostenibilidad, que introduce los criterios ambientales, sociales y de gobernanza en el core de sus negocios.
En el marco de nuestra estrategia de sostenibilidad, definimos los tres pilares que guiarán nuestro camino en el período 2020-2025 y que están enfocados en: (i) crear una economía más sostenible e inclusiva, (ii) mejorar la salud financiera de los ciudadanos y (iii) empoderar a las personas para prosperar.
Es el primer pilar, crear una economía más sostenible e inclusiva, el que engloba nuestros esfuerzos por contribuir activamente a la inclusión financiera y, por tanto, a la transición hacia economías más formales. Nuestras subsidiarias -especialmente el BCP, Mibanco, Pacífico y Prima,- continuarán contribuyendo con la inclusión financiera desde distintos frentes: ahorro, acceso, productos inclusivos y digitalización.
El IIF de Credicorp busca poner a disposición del público en general –autoridades, academia y ciudadanía– un insumo que ayude a identificar brechas, monitorear los logros alcanzados y sobre todo definir el alcance y los objetivos de las políticas públicas que ayuden a incluir financieramente a las personas.
¿Qué hace falta aún en la banca peruana para lograr una mayor inclusión financiera?
En el Perú y en todos los países evaluados, el uso de efectivo sigue siendo un problema para la inclusión financiera, especialmente en la dimensión de uso del sistema financiero. En algunos casos, más del 90% de las personas siguen pagando en cash sus compras de alimentos o las cuotas de sus créditos.
Quienes aún no son usuarios activos del sistema formal señalan que no lo hacen porque su nivel de ingresos es bajo o porque no les interesa. Esto tiene que ver con la falta de conocimiento respecto al funcionamiento de productos y servicios financieros, de seguros y previsionales. Para revertir esta situación y lograr que cada vez más personas conozcan las virtudes del sistema financiero formal, el Estado y el sector privado deben promover activamente la educación financiera.
También hay mucho por hacer en cuanto a la digitalización no solo de los clientes, sino de los comercios y establecimientos, que promueva el uso de soluciones digitales. En los últimos tiempos hemos registrado notables avances y la industria financiera sigue trabajando para impulsar la digitalización.
¿De qué manera la tecnología y la transformación digital pueden ayudar en este objetivo?
La industria financiera está trabajando para que cada vez más personas utilicen soluciones digitales. De las personas que tienen una billetera móvil o una cuenta conectada al teléfono en el Perú, el 84% manifestó que esta pertenece a un banco privado.
Los esfuerzos que nuestras subsidiarias han realizado en el frente de la tecnología son ambiciosos y diversos. Por ejemplo, para alcanzar a la gran cantidad de peruanos que no cuentan con fácil acceso a los servicios financieros, el Banco de Crédito del Perú (BCP) desarrolló Yape, nuestra billetera móvil.
Durante el 2020, más de 600 mil peruanos empezaron a usar el sistema financiero gracias a Yape, que cerró el año con más de 5 millones de yaperos y a la fecha cuenta con cerca de 7 millones de usuarios. Asimismo, Pacífico ofrece seguros inclusivos dirigidos a emprendedores para que puedan proteger sus negocios y a sus equipos de diversos riesgos.