En una conversación con Stakeholders, Jorge López-Dóriga, director global de Comunicaciones y Sostenibilidad del Grupo AJE, analiza la vitalidad de la biodiversidad en la Amazonía peruana y propone soluciones innovadoras desde el sector privado para preservarla. Además, resalta la urgente necesidad de concienciar sobre la interdependencia entre la deforestación amazónica y sus impactos globales.

Por Denisse Torrico

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¿Cuál es la importancia de la biodiversidad en la Amazonía y cómo afectan las actividades humanas a esta región?

Perú se encuentra en el top 14 en biodiversidad, por lo que hablamos de un país líder en este ámbito. Es la segunda nación con más territorio amazónico del mundo, con un 53 %.

Además, participamos en el Acuerdo de París para combatir y reducir nuestra huella y evitar que el planeta suba a 1.5 grados para el 2050. El 47 % de las emisiones de CO2 del Perú no son por la industria, ni el transporte, viene de la deforestación y el cambio de uso de suelo. En el 2022, hemos perdido 162 000 hectáreas de bosques y esto hay que evitarlo. Tenemos que liderar la protección de la biodiversidad, ya que depende de nosotros la subsistencia del ser humano y del ecosistema terrestre tal y como lo conocemos.

Hace poco se aprobó la modificación de la Ley Forestal en relación con la protección de la Amazonía. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Hay una cosa clara. Las personas no deforestan porque sean malos o porque sean ignorantes, sino porque creen que van a tener mejores recursos económicos con un bosque talado que con un bosque en pie. Entonces, ¿en qué nos podemos enfocar en AJE? En crear cadenas de valor sostenibles para proteger el bosque en pie. Somos una empresa privada; no somos ni congresistas ni políticos, no creamos leyes. Nosotros lo que hacemos es generar productos, lo que llamamos súper frutos que conservan bosques.

¿Con qué marca cuentan dentro de estos súper frutos?

A través de nuestra marca BIO Amayu, compramos directamente a estas comunidades los súper frutos de los bosques, los cuales ponemos en una bebida que vendemos al mundo. De este modo, ellos pueden tener una fuente de ingreso haciendo lo que siempre han hecho.

No podemos seguir pensando en las comunidades como hace 50 años. Ellos ya están integrados en esta economía global y tienen necesidades económicas. Si estas se satisfacen protegiendo su bosque, que es lo que siempre han hecho, no van a permitir que nadie entre a deforestar su fuente de alimento. Nosotros queremos convencer al mundo de que el oro verde tiene mucho más valor en la Amazonía que el oro negro (petróleo) o que el oro mismo.

«Perú se encuentra en el top 14 en biodiversidad, por lo que hablamos de un país líder en este ámbito».

¿Cuáles han sido los resultados con este producto?

Hemos comprado más de un millón 200 mil kilos de fruto directamente a estas comunidades. Lo adquirimos a un precio justo, el cual mantenemos todo el año. Ya estamos trabajando con más de 20 comunidades y nuestro objetivo es llegar a 100, 200 o 300. Lo que queremos es servir de inspiración a otras empresas peruanas para que vean que el futuro del Perú está en la protección de sus bosques, generando cadenas de valor.

¿Qué papel juegan los acuerdos internacionales y la cooperación internacional en la preservación de la Amazonía y la regulación de su uso forestal?

En la Revolución Industrial lo que predominaba era la competencia; sin embargo, en esta nueva revolución natural estamos en una era colaborativa. Si quieres llegar a cualquiera de estos objetivos, tiene que haber una colaboración con todos. Tú no puedes crear una cadena de valor en la selva amazónica, si no tienes la colaboración de todos los actores. Necesitas de todos los Gobiernos locales, regionales y el nacional, también del apoyo del Sernanp y la academia.

Se necesita también la cooperación internacional. Tenemos apoyo del Gobierno Británico, del Gobierno Francés, en Ecuador. También se requiere de las ONG para afianzar la relación con las comunidades, crear estas cadenas de valor y crear condiciones habilitantes para que estas comunidades puedan recolectar estos frutos.

¿Cómo podríamos concientizar a la población sobre la conexión entre la deforestación y el Amazonas?

Una cosa que no se sabe es que Perú tiene el 60 % de los glaciares tropicales del mundo, los cuales se están perdiendo. Para el 2030 quedarán pocos.

Estos glaciares son los que están proveyendo de agua a la costa. Pero ¿de dónde viene el agua de los glaciares? De las lluvias en el Amazonas. Entonces el calentamiento global, causado por la deforestación, hace que la costa se vea en riesgo de no tener agua. De eso se sabe poco y las personas tienen que saber que lo que ocurre en la selva, también les afecta directamente a ellos. Somos una unidad, no solo el país, sino también el planeta.

Se necesita un compromiso real con nuestra biodiversidad…

El pensar que tú estás viviendo en un sitio aislado de lo demás es algo que tenemos que dar a entender a la población de que no es así. Todo el mundo depende del bosque amazónico. Tenemos el 25 % del agua, 25 % del oxígeno y 25 % de la biodiversidad del planeta.







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