Los voluntariados corporativos emergen como una poderosa herramienta para fortalecer la cultura en las empresas. Estas iniciativas van más allá de la labor filantrópica, convirtiéndose en un motor que impulsa la colaboración, el sentido de pertenencia y la conexión entre los colaboradores.

Por Stakeholders

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Según un estudio realizado recientemente por la plataforma de protección personalizada con beneficios e impacto social, Betterfly, junto con la firma de investigación de mercado chilena Criteria, en el que se encuestó a 3500 colaboradores de Latinoamérica, un 42 % señala que su empresa declara de forma explícita un propósito más allá de la generación de ingresos, pero esta cifra baja cuando se trata de la congruencia entre el propósito de la compañía y el personal, llegando a un 38 %. Sin embargo, en Perú, la cifra baja aún más, ya que solo el 31 % de encuestados respondió que su organización declara de manera explícita el tener un propósito empresarial.

Frente a este escenario, una de las maneras con las que las empresas peruanas pueden contribuir a tener un impacto positivo y común con sus equipos y, a la par, generar un impacto real y positivo para beneficio de su entorno es la implementación de voluntariados corporativos. “Este enfoque en el valor compartido resalta la importancia que las empresas y organizaciones otorgan al compromiso social, convirtiéndose esta en una herramienta para fortalecer sus culturas internas y contribuir al bienestar de la sociedad”, explica el gerente de estrategia e impacto de Betterfly, Joao Figueira.

Así, tanto grandes como pequeñas empresas pueden verse beneficiados por esta práctica, en diferentes áreas y niveles. Algunos de los beneficios son:

– Beneficios tangibles en la cultura: Los voluntariados corporativos no solo generan un impacto positivo en las comunidades a las que sirven, sino que también desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de una cultura organizacional sólida. Al participar en actividades altruistas, los empleados experimentan un aumento en la satisfacción laboral, fomentando un ambiente de trabajo positivo y motivador.

– Fomenta la colaboración y el compromiso: Pues crea lazos que trascienden las funciones laborales diarias. Esta experiencia compartida nutre el espíritu de equipo, promoviendo un ambiente donde los valores fundamentales de la empresa se viven de manera tangible.

– Genera conexiones significativas: Al unirse para contribuir al bienestar de la comunidad, los empleados establecen conexiones significativas más allá del entorno laboral. Estas conexiones se traducen en relaciones más sólidas en el trabajo, mejorando la comunicación y la cohesión dentro de la empresa.

– Compromiso social como pilar empresarial: Estas iniciativas se posicionan como un pilar fundamental en la estrategia de responsabilidad social empresarial. Al integrar el compromiso social en el núcleo de la cultura empresarial, las organizaciones no solo cumplen con su deber cívico, sino que también contribuyen al crecimiento sostenible y al bienestar general.

Empresas como Betterfly promueven y celebran los voluntariados corporativos por medio de su programa de recompensas. Cada vez que un colaborador genera una acción positiva para beneficio propio, o el de su entorno, como lo es meditar, o hacer pausas activas, es recompensado por medio de better coins con las cuales es posible hacer donaciones.

“En Betterfly, reconocemos la importancia de los voluntariados corporativos como catalizadores de una cultura empresarial vibrante y comprometida. Nos enorgullece fomentar iniciativas que no solo impactan positivamente a las comunidades, sino que también fortalecen los lazos internos y cultivan un sentido de propósito compartido”, concluye Figueira.







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