Rodolfo Salazar, gerente de Koplast, conversó con Stakeholders acerca de los desafíos que los compromisos que ha adoptado la empresa de plásticos para conservar el medio ambiente y contribuir al desarrollo sostenible del país. 

Por Stakeholders

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La empresa peruana Koplast, especializada en tuberías y conexiones plásticas, ha cumplido dos décadas en el mercado y es considerada un referente en el rubro gracias a una cartera de productos innovadores, pero sobre todo por su apuesta por la calidad y gestión ambiental. 

Cuenta con certificados ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001, y es la primera y única empresa de capital peruano en el rubro avalada con un sello de Sedapal. Los planes son ambiciosos. Está a punto de lanzar la Fundación Koplast, enfocada en pacientes oncológicos de las regiones que llevan tratamiento en Lima; y en 2024 espera lanzar un producto ecoamigable a base de residuos plásticos y orgánicos. Sobre esa apuesta sostenible e innovadora habla Rodolfo Salazar, gerente de la compañía, en esta entrevista con Stakeholders.

¿Cuál es el compromiso sostenible de Koplast en un rubro tan señalado como el del plástico?

Koplast es la única empresa en el sector de tuberías plásticas que firmó el Acuerdo de Producción Limpia (APL) con el Ministerio de Producción. Fuimos la segunda empresa en hacerlo después de Corporación Lindley y la única junto con Pamolsa de la industria plástica. 

Nuestro plástico, a diferencia del llamado plástico de un solo uso, dura 50 años. Es decir, la reposición de nuestros materiales plásticos no es recurrente, por tanto, no es un producto que genere un descarte o desperdicio que luego se traduzca en contaminación ambiental. En todo caso, las mermas que se generan dentro del proceso productivo son reprocesadas al 100% mediante el proceso de trituración, molienda y pulverización del material, y con eso recuperamos casi la totalidad de la materia prima sin perder capacidad ni calidad ni características técnicas de la misma.

¿Cómo evalúa el mercado de tuberías plásticas en el Perú?

El mercado de tuberías plásticas mueve aproximadamente entre 10 mil y 11 mil toneladas de materia prima mensual. Este año estamos casi iguales que 2021, no ha habido crecimiento a nivel de volumen de importaciones de materia prima de los fabricantes. 

Koplast espera cerrar el año con un crecimiento estimado de 30 % y 40 % por lo que venimos incrementando nuestra participación de manera importante. 

Actualmente estamos haciendo dos plantas descentralizadas, una en Trujillo y otra en Arequipa, adicional a nuestra planta de operación en Lurín. Esperamos penetrar en el mercado agroindustrial y minero, respectivamente.

¿Qué productos ofrece su cartera?

Contamos con el portafolio más amplio a nivel nacional. Tenemos tuberías de PVC y tuberías de polietileno (tanto tuberías lisas o corrugadas de estos polímeros de alta densidad) para sistemas de riego, saneamiento, obras de electrificación. 

El portafolio es de producción local y adicionalmente casi el 25% de nuestro portafolio representa mercaderías de marcas con prestigio internacional que complementan nuestra oferta de manufactura local.

¿Cuáles son las expectativas después de 20 años de operaciones?

Apuntamos a un crecimiento vertiginoso. Este año esperamos cerrar con un crecimiento estimado de 40 % y 50 %. El 2021 veníamos con un crecimiento del 100 % respecto al 2020. Y para el próximo año, 2023, pensamos repetir ese crecimiento del 50 %.

¿En qué consistió el trabajo en Sahuanay, en Abancay?

Donamos las tuberías para un sistema de agua potable que necesitaba la comunidad y fuimos a hacer unas jornadas de capacitación para que, con la mano de obra local, puedan hacer la instalación de la propia tubería.

¿Han realizado otras iniciativas?

Pronto iniciaremos la Fundación Koplast, la cual estará abocada al trabajo con los niños y familias que vienen a tratarse en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. Esperamos atender dos principales ejes: el apoyo y soporte en vivienda y alimentación, pues muchas veces los pacientes vienen de provincia. Y luego ayudar con una bolsa de trabajo apoyado con nuestra empresa e industrias amigas para colocar a aquellos familiares que dejan su trabajo para acompañar al paciente a llevar su tratamiento y lamentablemente, muchas veces, terminan en Lima pidiendo caridad.

¿Qué otras certificaciones están encaminadas además de las ISO y de Sedapal?

Ya obtuvimos nuestra primera estrella de carbono neutral. Son cuatro. Lo que toca es seguir en ese camino hasta ser una empresa carbono neutro. Es claro que hay que invitar a todos los participantes del sector industrial, tan señalado, sobre todo al sector de plásticos. 

Creo que hasta cierto punto se le sataniza. La respuesta es ser más responsables con nuestros procesos productivos, con las mermas que generamos y así salvaguardar a nuestras futuras generaciones. 

Actualmente estamos en desarrollo de un producto que hemos llamado plasticomadera (a nivel mundial se le llama polywood) que recoge residuos plásticos y vegetales (orgánicos). Hemos completado la etapa de elaboración, aprobación y testeo de la formulación, pues queremos lograr un equilibrio entre materiales plásticos y orgánicos. 

Estamos haciendo otro tipo de procesos, más extenso y costoso, que nos permite recuperar ahora sí el 100 % de nuestro material para mezclarlo con la cascarilla de arroz. Se pulveriza, se mezcla con estos residuos y con ellos sacamos perfiles que tienen todo el aspecto de la madera, pero con características plásticas, más duraderas en el tiempo. Tiene muchas aplicaciones, desde listones de madera para zócalos hasta estructuras modulares rurales. Lo esperamos lanzar en 2024. 







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