Cuentan sus experiencias como microempresarias y sobre la importancia de estar abiertos al aprendizaje y a las oportunidades en el camino del emprendedor

Por Stakeholders

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Ser joven, sin experiencia o incluso ser mujer han sido, por mucho tiempo, pensamientos limitantes al momento de iniciar un negocio. Sin embargo, presentamos algunas historias de mistianas que, contando con dichas características, hoy pueden decir que sí se puede salir adelante.

“Yo empecé mi negocio de comida sin saber cocinar. Todos los días eran un nuevo reto para mí” cuenta Alexandra Deza, arequipeña de 28 años, al repasar cómo inició su camino de emprendimiento al apenas cumplir la mayoría de edad. “Crecí con el ejemplo de mi madre, ella me inspiró, y desde pequeña supe que yo había nacido para crear oportunidades de trabajo”. Tras una década de trabajo imparable, sin haber llegado a los treinta años, hoy Alexandra es una emprendedora que dirige Grupo Alimentario Calesi, negocio con varias líneas de comida. Cuenta con una concesionaria de alimentos, una panificadora y presta servicio de catering para diversas empresas.

“En mi equipo tengo mujeres guerreras. Muchas son madres solteras que no tienen cómo mantener a sus hijitos. Si no saben cocinar aquí pueden comenzar lavando platos, pero siempre hay un puesto de trabajo para ellas. Al ayudar a cada una me siento bendecida” menciona Alexandra.

Distinta es la historia de Flor de María Mayta, joven arequipeña que debió emprender por necesidad durante la pandemia. “Cuando me quedé sin trabajo ayudaba a mis abuelos en su pequeño negocio de confección de prendas, llevando la ropa al proveedor de estampados para los acabos finales. A veces debía esperar que el proveedor termine el trabajo y observaba cómo lo hacía. Un día pensé ¿y por qué no lo hago yo en casa y así nos ahorramos ese pago? Así empezó todo”. Hoy Flor es propietaria de Fina Estampa, negocio de estampados que se caracteriza por emplear tintes ecológicos y sostenibles con el medioambiente. “Mi objetivo principal es ofrecer prendas de calidad con productos ecoamigables y que el público diga es de “Fina Estampa” señala Flor.

Kallpa Warmi, la importancia de las oportunidades

Alexandra y Flor de María son graduadas de la primera promoción de Kallpa Warmi, “Mujeres fuertes” en quechua, programa de educación financiera que Caja Arequipa desarrolla para las mujeres emprendedoras en convenio con Centrum Católica en la Ciudad Blanca.

En dicha edición, Flor ocupó el primer lugar del programa y fue acreedora al Fondo Semilla otorgado por Caja Arequipa para el crecimiento de su negocio.  “Es justo lo que necesitaba para comprar una maquina más que me permita cumplir con más pedidos” cuenta.

Desde el 2018 a la fecha, el programa Kallpa Warmi ha impulsado a más de 12,500 mujeres peruanas gracias al equipo de voluntarios de Caja Arequipa. A través de cinco meses de capacitación gratuita en temas de emprendimiento, contabilidad y marketing, miles de mujeres hoy están al mando de sus finanzas.   Actualmente, el programa se encuentra vigente y sus nuevas estudiantes arequipeñas se preparan para potenciar sus negocios con la capacitación del programa.

“Como emprendedores no podemos crecer solos. Que bonito que una mano te de su confianza y te diga “yo creo en ti”. Eso es lo que hace Caja Arequipa con nosotras. Nos dice “yo creo en tu potencial, en tu talento, en lo que puedes hacer” remata Alexandra.







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