
PUBLIREPORTAJE
Imaginemos una lavadora que pueda convertir esa camisa usada que compramos hace 20 años en una prenda con la calidad Óscar de la Renta; o ese viejo y percudido polo que –luego de una lavada– se transforma en el más fino polo Lacoste. No se ha inventado todavía una lavadora con esa “magia”, pero en la industria refinera sí existe lo que sería una tecnología equivalente, llamada flexicoking, la cual permite convertir insumos de muy poco valor en combustibles de más alto valor, calidad y eco amigables. De los casi 200 países que hay en el mundo, solo siete poseen esta tecnología y ello es un factor clave para la rentabilidad de la Nueva Refinería Talara, ya que le permitirá obtener un margen de refinación mucho mayor que el que tenía la anterior planta; y, con ello, poder pagar su costo. En el contexto de la sociedad del conocimiento, la nueva refinería de PETROPERÚ incorpora el mayor aporte de conocimiento al país, en décadas. De hecho, los licenciantes de las tecnologías refineras más avanzadas del mundo conforman una especie de mini Silicon Valley de la industria petrolera en la costa talareña y están introduciendo nuevos procesos en este moderno complejo refinero, nunca antes aplicados en el Perú.
Pero la tecnología de punta de este moderno complejo refinero no solo añade nuevo conocimiento y rentabilidad, sino también importantes beneficios sociales y ambientales, incluso antes de haber iniciado su operación. Su construcción está aportando alrededor de 4,000 millones de soles al Estado al 2021 por concepto de Impuesto General a las Ventas e Impuesto a la Renta sobre la inversión en infraestructura. Asimismo, ha generado un promedio de casi 4 mil empleos directos anuales en promedio, con picos de 7 mil a 9 mil puestos de trabajo, en épocas difíciles por la crisis petrolera, el Niño Costero y la pandemia de la Covid-19.
Cabe señalar que entre un 30% a 40% de trabajadores –con o sin calificación– del proyecto son talareños. De esta forma, un importante porcentaje de talareños ha obtenido valiosa experiencia laboral al haber participado en la construcción de la refinería más moderna del país y una de las más avanzadas del mundo, por su tecnología. Lo mismo vale para varias empresas subcontratistas locales y nacionales, que han trabajado para grandes contratistas y licenciantes del más alto nivel internacional. De esta manera, un contingente numeroso de profesionales, técnicos y operarios locales refuerzan la merecida fama del trabajador talareño a nivel nacional e internacional, en las industrias de hidrocarburos, metal mecánica y construcción, entre otras. A ello se suma, las numerosas becas integrales ofrecidas anualmente por PETROPERÚ a jóvenes talareños de bajos ingresos para su formación en carreras técnicas asociadas a estas y otras industrias.
Estos conocimientos, experiencias, destrezas y capacidades serán aplicadas por miles de trabajadores más allá del proyecto, en sus vidas y emprendimientos profesionales.
Además, el proyecto ha generado un importante número de puestos de trabajo indirectos, lo que ha dinamizado la economía de Talara y de la costa norte del país. Recordemos la reapertura del aeropuerto de Talara y el incremento de vuelos a esta ciudad, lo que supone un importante incremento del turismo en la provincia y la costa norte del país. Además, se ha construido un moderno centro comercial así como hoteles, hospedajes, restaurantes, nuevos espacios de esparcimiento y otros servicios colaterales específicos para el personal que labora en el PMRT (alojamiento, alimentación, lavandería, limpieza y entretenimiento).
Al mismo tiempo, PETROPERÚ desarrolló importantes proyectos de responsabilidad social en esta emblemática provincia petrolera, incluyendo obras clave, como el moderno hospital modular que neutralizó los peores efectos del contagio de la Covid-19. Este moderno centro de salud cuenta con 45 camas, 30 para pacientes moderados y 15 camas de cuidados intensivos, para casos graves de la Covid o cualquier otra enfermedad que lo requiera. Dispone de equipos médicos de última generación, como ventiladores pulmonares, desfibriladores automáticos, electrocardiógrafos, central de monitores para múltiples camas y pantallas LED para visualizar signos vitales de los pacientes, entre otros. Además, PETROPERÚ donó una ambulancia (estos servicios de salud no existían antes en la ciudad).

Cabe destacar también que cada año PETROPERÚ efectúa campañas que incluyen, en promedio, 3,500 atenciones médicas para la población vulnerable, incluyendo campañas de control del dengue, el zika y la chikungunya, entre otras actividades de apoyo médico-sanitario. A ello se suma la reubicación y construcción de un moderno local para el colegio Federico Villarreal y la ejecución de numerosas actividades de gestión y apoyo social, especialmente proyectos productivos, en beneficio de sectores vulnerables, tales como mujeres y personas con discapacidad, pescadores artesanales, entre otros.

La Nueva Refinería Talara de PETROPERÚ también traerá importantes beneficios ambientales. Mejorará la calidad del aire en el país, al reducir sustancialmente la cantidad de azufre de los combustibles, de 2 mil partes por millón a 50 partes por millón; y, después del primer año de operación, se reducirá a 10 partes por millón para llegar al estándar Euro VI, el más alto estándar de calidad vigente a nivel mundial. Mientras que la capacidad de procesamiento pasará de 65 mil barriles (de la anterior refinería) a 95 mil barriles en la nueva planta. Es decir, que se procesará mayor volumen de combustibles y de mucha mayor calidad (amigables con el ambiente). En suma, la Nueva Refinería Talara preservará la calidad del aire y reducirá los gastos de salud de los peruanos en cerca de 300 millones de dólares anuales, gracias al proceso de desulfurización de los combustibles.
Siguiendo con los beneficios para el país, cuando la nueva planta entre en funcionamiento, tendrá un rol estratégico para el desarrollo de la industria de hidrocarburos, ya que podrá procesar el crudo pesado de la Selva, lo que la antigua refinería no podía. Al procesarse esos crudos en el Perú (y no exportarse, como en la actualidad), se generarán mayores ingresos para el fisco y se beneficiará a las empresas productoras. Al mismo tiempo, estimulará la inversión petrolera en la Selva e incrementará el uso del Oleoducto Norperuano, lo cual incrementará el canon para las regiones productoras –y comunidades nativas– así como las regalías para el Estado. Finalmente, permitirá reducir la importación de combustibles de 2,000 a casi 3,400 millones de dólares anuales, con un impacto positivo a la Balanza Comercial del sector hidrocarburos.