Con un aporte decisivo al PBI nacional y regional, Las Bambas busca consolidarse como motor de desarrollo sostenible para Apurímac y el Perú. La compañía destaca su inversión social, ambiental y en empleo local, al tiempo que impulsa un nuevo modelo de gestión social orientado al diálogo y la prevención de conflictos. En PERUMIN 37, Claudio Cáceres, vicepresidente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de Las Bambas, reafirma el compromiso de la compañía con la competitividad, la sostenibilidad y la construcción de un futuro compartido para las próximas generaciones

Por Stakeholders

Lectura de:

Las Bambas representa actualmente el 1 % del PBI nacional y el 72 % del PBI de Apurímac. ¿Cómo se traduce esta contribución en términos concretos de generación de riqueza y desarrollo para el país y la región?

La presencia de Las Bambas ha impulsado de manera decisiva la economía regional y nacional. Desde el inicio de operaciones en 2016, el PBI de Apurímac creció 141 %. En 2021, la región se ubicó entre las ocho primeras en PBI per cápita (más de S/ 15 000) y entre las cuatro con mayor presupuesto público per cápita (más de S/ 7000). Son resultados que muestran cómo la minería formal y responsable puede convertirse en un motor real de desarrollo, especialmente para las comunidades de nuestro entorno.

Este impacto también se refleja en el empleo: a mediados de 2025 contamos con más de 11 700 puestos directos e indirectos, con 54 % de talento proveniente de Apurímac y Cusco. Nuestra cadena de valor sostiene alrededor de 75 000 empleos anuales en el país. A ello se suman exportaciones y contribuciones fiscales que fortalecen los presupuestos públicos y permiten atender prioridades sociales.

Entre 2014 y 2023 aportaron S/ 6035 millones en impuestos, de los cuales el 50 % se distribuye como canon. ¿Qué proyección manejan para el período 2025-2030 y cómo esperan que este flujo impacte en el presupuesto público regional?

Por nuestra condición de empresa listada en la Bolsa de Hong Kong (HKEX:1208), no podemos brindar proyecciones financieras específicas. Nuestras contribuciones futuras dependen de la estabilidad operativa, los proyectos de expansión, los precios internacionales del cobre y la continuidad de operaciones sin interrupciones sociales.

Lo que sí podemos afirmar es que entre 2014 y 2024 pagamos más de S/ 6400 millones en impuestos. En 2021 aportamos canon minero por primera vez, habiéndose distribuido en Apurímac en 2024 S/ 470 millones por este concepto. Adicionalmente, a diferencia de otras operaciones, Las Bambas paga regalías contractuales sobre las ventas, independientemente de que haya generado o no utilidades. Desde el inicio de sus operaciones, Las Bambas ha pagado más de S/ 2600 millones por este concepto. Estos recursos fortalecen de manera sustantiva los presupuestos regionales y municipales, beneficiando a 84 municipalidades y a las dos universidades públicas de Abancay y Andahuaylas.

“Lo que sí podemos afirmar es que entre 2014 y 2024 pagamos más de S/ 6400 millones en impuestos”. 

¿Cuál ha sido la inversión total de Las Bambas en programas sociales, educación, salud e infraestructura en Apurímac y Cusco desde el inicio de operaciones?

Entre 2010 y 2024, nuestra inversión social acumulada asciende aproximadamente a S/ 1830 millones. Exclusivamente en 2024 destinamos S/ 143 millones a educación, salud, infraestructura y fortalecimiento de capacidades.

En lo que respecta a la inversión social en temas educativos, el año pasado firmamos un convenio con el Ministerio de Educación para la reconstrucción de 14 instituciones educativas en la provincia de Cotabambas, con una inversión de más de S/ 237 millones a través del mecanismo de Obras por Impuestos. Este esfuerzo no solo contempla infraestructura moderna, sino también la mejora de la calidad educativa a través de iniciativas de capacitación docente y fortalecimiento pedagógico, con el objetivo de contribuir a mejores resultados de aprendizaje en la región.

Asimismo, en 2024 culminamos la construcción y entregamos el puente Kutuctay, con una extensión de 180 metros de longitud sobre el río Apurímac y una inversión de S/ 44 millones. Este puente redujo a la mitad el tiempo de viaje entre Cotabambas (Apurímac) y Anta (Cusco), facilitando acceso a mercados y servicios.

Se estima que Las Bambas podría convertirse en la mayor productora de cobre del país en 2026. ¿Qué volumen de producción proyectan alcanzar ese año y cuál sería su peso en las exportaciones cupríferas del Perú?

Como mencioné anteriormente, al ser una empresa listada en Bolsa, no podemos compartir proyecciones específicas de producción. Sin embargo, sí podemos señalar nuestro desempeño; en 2017 alcanzamos una producción superior a las 453 000 toneladas de cobre en concentrado, ubicándonos entre las 10 minas más grandes del mundo; en 2024 produjimos 322 912 toneladas, consolidando nuestra contribución a las exportaciones del país y a la posición del Perú como segundo productor mundial de cobre.

¿Qué nivel de inversión anual destinan actualmente a exploración y expansión de operaciones?

En 2024, nuestras inversiones totales en capital (CAPEX) para Las Bambas ascendieron a S/ 1682 millones, reflejando nuestro compromiso continuo con el desarrollo y la optimización de nuestras operaciones.

Las Bambas cuenta con un plan de exploraciones dentro de sus concesiones mineras con la finalidad de buscar la continuidad y expansión de nuestras operaciones. Para ello ya contamos con autorizaciones otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas para iniciar labores de exploración en diversos frentes.

En los últimos años han enfrentado paralizaciones por conflictos sociales. ¿Cuál ha sido el impacto económico real de estas interrupciones y qué estrategias implementan hoy para fortalecer el diálogo y la prevención de conflictos?

Las paralizaciones acontecidas entre los años 2019 y 2022 mostraron los costos de la conflictividad. La interrupción entre abril y junio de 2022 redujo 47 % la producción trimestral y provocó una caída de 7.4 % en el PBI regional de Apurímac.

En respuesta, implementamos nuestro nuevo modelo de gestión social: Corazón de Las Bambas, basado en prevención, construcción de confianza y cogestión con el Estado. Llevamos más de dos años de operación continua sin paralizaciones.

El programa se sostiene sobre dos principios irrenunciables: la transversalidad de la gestión social, entendida como una responsabilidad de todos los colaboradores y socios estratégicos; y la sostenibilidad como criterio rector en cada decisión. Asimismo, articula su acción en cuatro pilares fundamentales: Relacionamiento multiactor, Desarrollo social y territorial, Crecimiento del negocio compartido y Gestión preventiva de riesgos.

“En biodiversidad, mantenemos monitoreos permanentes, planes de rescate y sitios receptores de especies nativas”.

Uno de los mayores retos para el sector es la «tramitomanía». ¿Qué demoras enfrentan para aprobar proyectos estratégicos y qué impacto tendría para el país no destrabar estas inversiones a tiempo?

Desarrollar un proyecto minero en el Perú puede requerir más de 200 trámites ante cerca de 30 entidades. En el caso particular de Las Bambas se requirió más de 400 permisos para poder iniciar operaciones.

Adicionalmente, los plazos que se toman las autoridades son en la mayoría de los casos más largos que en otros países, afectando de esta manera la competitividad, retrasando ingresos fiscales y desincentivando la inversión. Estamos convencidos de que es posible simplificar los procedimientos y requerimientos administrativos sin renunciar a rigor técnico ni ambiental.

Operan en una región ambientalmente sensible. ¿Cuáles son sus principales indicadores de desempeño ambiental (huella hídrica, emisiones, biodiversidad) y cómo han evolucionado en los últimos cinco años?

En Las Bambas operamos bajo los más altos estándares ambientales. En materia hídrica, en 2024 logramos recuperar el 95 % del agua que utilizamos en nuestros procesos, reduciendo al mínimo la captación de fuentes frescas y optimizando la eficiencia de nuestros circuitos de recirculación. Entre 2022 y 2024, a nivel global, logramos una reducción del 14 % en emisiones de alcance 2, gracias a tecnologías de supresión, filtros y mantenimiento preventivo.

En biodiversidad, mantenemos monitoreos permanentes, planes de rescate y sitios receptores de especies nativas.

Mirando en perspectiva los últimos cinco años, puedo afirmar que hemos transitado a una gestión preventiva y tecnológica, con monitoreo en tiempo real, control de calidad del aire y sistemas de alerta temprana. Esto nos permite no solo cumplir con las exigencias regulatorias, sino anticiparse y minimizar impactos, consolidando una operación que respeta al entorno y genera confianza en nuestras comunidades vecinas.

¿Qué porcentaje de su presupuesto anual destinan a proyectos de sostenibilidad ambiental y social, y qué resultados concretos han obtenido?

En 2024, nuestra inversión social ascendió a S/ 143 millones, representando un incremento significativo respecto al año anterior. Esta inversión se distribuye estratégicamente entre Objetivos de Desarrollo Sostenible prioritarios.

En un contexto de exigencias globales, ¿cómo se integran los criterios ESG en su estrategia corporativa y qué certificaciones o metas internacionales se han trazado para los próximos años?

Los criterios ESG están profundamente integrados en nuestra estrategia corporativa a través del alineamiento con los estándares y principios de MMG, nuestra empresa matriz, que es miembro del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) y sigue sus 10 Principios de Desarrollo Sostenible.

¿Qué importancia tiene para Las Bambas su participación en PERUMIN 37 y cuáles son los principales objetivos que buscan alcanzar en este evento?

PERUMIN siempre ha sido un espacio clave para el diálogo entre la industria, la academia, los proveedores, las comunidades y el Estado. Para nosotros, participar en la edición 37 significa reafirmar nuestro compromiso con el desarrollo sostenible y con el futuro de la minería en el Perú. 

¿Cuáles son los principales objetivos al participar de esta convención minera?

Primero es poner en valor nuestro nuevo modelo de gestión social, Corazón de Las Bambas, que ha demostrado que la estabilidad social y la sostenibilidad son condición para la viabilidad de los proyectos. Asimismo, intercambiar conocimientos sobre innovación, transición energética y criterios ESG, que son cada vez más demandados a nivel global. Y, finalmente, fortalecer vínculos con aliados estratégicos —públicos y privados— para seguir generando desarrollo territorial inclusivo y sostenible.

“PERUMIN siempre ha sido un espacio clave para el diálogo entre la industria, la academia, los proveedores, las comunidades y el Estado”. 

En un contexto político marcado por las próximas elecciones, ¿qué mensaje le darían al próximo Gobierno sobre la importancia de la minería responsable y su rol en el desarrollo sostenible del país?

Nuestro mensaje es claro: la minería responsable es un motor de desarrollo que genera empleo, impulsa cadenas de valor y fortalece el presupuesto público. Un entorno de estabilidad, con reglas claras y articulación entre Estado, empresa y sociedad civil, es indispensable para aprovechar plenamente el potencial de la minería en beneficio de todos los peruanos.

Es importante que este, así como cualquier otro nuevo Gobierno, trabaje en fortalecer la institucionalidad ambiental y social para garantizar que la minería se desarrolle con los más altos estándares; en simplificar los procesos administrativos para hacer más eficiente la gestión de proyectos estratégicos; y en promover una visión de largo plazo que trascienda los períodos gubernamentales, asegurando políticas de Estado que den predictibilidad a las inversiones y beneficien a las futuras generaciones de peruanos.

Finalmente, ¿cómo visualizan a Las Bambas y al sector minero peruano en la próxima década en términos de competitividad, sostenibilidad e impacto social?

Aspiramos a un sector más competitivo y sostenible, con Las Bambas como referente por su desempeño y su cercanía con el territorio. Nuestra visión es consolidar un modelo que trascienda la vida útil de la mina, sembrando capacidades locales, fortaleciendo la educación y construyendo un tejido empresarial sólido que asegure oportunidades para las próximas generaciones.

Para 2035, vemos a Las Bambas como una operación carbono neutral, con una mayoría de sus colaboradores directos provenientes de la región, y habiendo catalizado la creación de un clúster productivo en Apurímac que genere valor más allá de la actividad extractiva.

Asimismo, visualizamos un sector minero peruano posicionado como líder global no solo en volumen de producción, sino en estándares de sostenibilidad, innovación tecnológica e impacto social positivo. Para lograrlo, es indispensable el compromiso conjunto de Estado, empresas y comunidades, con una agenda compartida de desarrollo territorial sostenible.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.