Por Stakeholders

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La diversidad geográfica del Perú hace de él un territorio complejo, donde coexisten numerosos microclimas, terrenos accidentados y largas distancias entre sus comunidades, muchas de ellas ubicadas en zonas de difícil acceso, asentadas a cientos o, incluso, miles de metros por encima del nivel del mar. Si bien estas características enriquecen aquella pluralidad cultural que tanto nos orgullece, también representan retos significativos para la conectividad y, por ende, la provisión de productos básicos en la canasta familiar tales como la leche, un alimento fundamental en la dieta por su alto contenido de proteínas de alta calidad, necesarias a lo largo de todas las etapas de vida.

La lata de leche Gloria, en ese sentido, representa una sólida estrategia por democratizar el acceso a dicho alimento, asegurando su inocuidad y su aporte nutricional. Este poderoso empaque está diseñado para no solo enfrentar las condiciones climáticas y geográficas de nuestro país, sino también para mantener la calidad del producto durante su transporte y almacenamiento, incluso en zonas de difícil acceso.

«La popular lata es una muestra de cómo la industria peruana es capaz de generar valor».

Esta lata, además, se presenta como una apuesta ecoamigable pues, al estar hecha de hojalata, un material reconocido por su resistencia y durabilidad, es capaz de conservar sus características de manera indefinida y reincorporarse continuamente a nuevos procesos productivos. Esto le otorga propiedades particulares: es reciclable, degradable, magnético y reutilizable. Por ejemplo, gracias a su magnetismo, puede separarse fácilmente de otros residuos durante los procesos de recolección, lo que facilita su recuperación y promueve la economía circular.

A la par de sus atributos sostenibles, la lata destaca por su capacidad de preservar la calidad del producto. Es resistente, opaca, inviolentable y está herméticamente sellada, protegiendo el contenido de la luz, el aire y los microorganismos. Este diseño, fruto de años de experiencia e innovación, asegura que la leche Gloria conserve su frescura y propiedades nutricionales durante más tiempo, incluso en zonas alejadas o con limitaciones logísticas.

Con el paso de los años, este icónico envase, fabricado por primera vez en 1942, se ha convertido en un verdadero referente en el uso de materiales dentro la industria peruana, así como un elemento esencial en millones de hogares, representando confianza, tradición y calidad desde hace más de ocho décadas. Gracias a su combinación de funcionalidad, durabilidad y respeto por el entorno, la lata de leche Gloria se ha consolidado como un caso de éxito en sostenibilidad dentro del portafolio de la compañía. Así, la popular lata es una muestra de cómo la industria peruana es capaz de generar valor, proteger los recursos y seguir acompañando, con la misma confianza de antaño, a millones de familias en todo el país.







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