La alianza entre World Vision y Pacífico Seguros viene apostando, desde más de dos años, por iniciativas que ponen a las comunidades en el centro.

Por Stakeholders

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Al menos 398 sismos se han registrado en el país durante el 2025, según el Instituto Geofísico del Perú (IGP). A ello se suman los estragos causados por otros desastres naturales, como las intensas lluvias, que han afectado a más de 168 mil personas y dejado 89 fallecidos.

El cambio climático agrava este panorama. Entre 2012 y 2023, las emergencias por fenómenos naturales aumentaron un 350,4%, alcanzando un récord histórico de 12 058 eventos en 2023, según el CEPLAN. La ubicación del país en el Cinturón de Fuego del Pacífico y su geografía diversa lo hacen particularmente vulnerable a terremotos, inundaciones, sequías y deslizamientos.

Asistencia humanitaria, tarea de todos

En este contexto, la asistencia humanitaria se convierte en algo más que ayuda, es el acto de cuidar del otro cuando su vida o su dignidad están en riesgo. No solo se activa en desastres, sino que también responde a crisis sanitarias y movimientos migratorios. La pandemia del COVID-19 fue un ejemplo de cómo una emergencia global requiere de una respuesta masiva para salvar vidas. El éxodo venezolano, que según estima Naciones Unidas ha llevado a más de 1,5 millones de personas a establecerse en Perú, sigue demandando esfuerzos coordinados para garantizar derechos básicos. En todos estos casos, la ayuda no es solo un gesto de solidaridad, es también una inversión en estabilidad y desarrollo.

Sin embargo, el sector humanitario se enfrenta a la mayor brecha en décadas entre las necesidades y los recursos. El Gran Pacto Humanitario de 2016 -suscrito por Estados, ONG, agencias Naciones Unidas, la Cruz Roja y la Media Luna Roja- nació con el objetivo de optimizar y coordinar mejor la respuesta. En su actualización más reciente, en 2023, el Gran Pacto 3.0 ha puesto énfasis en la acción anticipatoria, la innovación en el financiamiento y el fortalecimiento de las respuestas locales.

La primera respuesta viene de la comunidad: la brigada vecinal que arma un puente o vereda improvisada, la parroquia que abre sus puertas como refugio, familias que arman una olla común antes de que llegue la ayuda oficial. Es en ese sentido que la alianza entre World Vision y Pacífico Seguros viene apostando, desde más de dos años, por iniciativas que ponen a las comunidades en el centro, donde han desarrollado campañas de educación comunitaria en el norte del país y, más recientemente, gestionan almacenes de ayuda humanitaria en Piura, La Libertad y Lima, listos para activar una respuesta rápida y efectiva cuando una emergencia golpea.

La asistencia humanitaria no es responsabilidad exclusiva de gobiernos y sociedad civil. Las empresas, con su capacidad logística y redes de distribución, pueden ser piezas clave en la respuesta. La colaboración entre Estado, sociedad civil y sector privado además de ser deseable, es estratégica.

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