Según el Banco Mundial, las pymes representan alrededor del 90% del tejido empresarial y más del 50% del empleo en todo el mundo.

Por Stakeholders

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La novedad de esta Agenda 2030 respecto a propuestas anteriores es su grado de ambición, la sostenibilidad como aspiración general y el reconocimiento de las empresas como un actor imprescindible.

Muchas grandes empresas se han sumado con fuerza al llamamiento de la ONU y cuentan con estrategias, políticas y acciones en torno a los ODS, pero la movilización entre las pymes es mucho menor, a pesar de que son imprescindibles en la consecución de la Agenda 2030.

Según el Banco Mundial, las pymes representan alrededor del 90% del tejido empresarial y más del 50% del empleo en todo el mundo. En Europa, según Eurostat, existen 22,2 millones de pymes en la UE-27, que emplean a 83,9 millones de personas. Mientras en España los datos ofrecidos por ‘Cifras PYME’ muestran que las empresas de este tamaño constituyen el 99,8% del tejido empresarial y generan el 64% del empleo.

Sin embargo, casi 8 de cada 10 pequeñas y medianas empresas en el caso de España no conoce la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, tal y como ha asegurado Cristina Sánchez, directora ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial, en la presentación de la ‘Guía para PYMEs ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible’, publicada en 2019 por la Red Española del Pacto Mundial, el Consejo General de Economistas de España y la patronal Cepyme.

Para contribuir a los ODS desde una organización empresarial de esta escala en tiempos de pandemia esta guía recomienda dar cinco pasos.

-Entender los ODS. Hay que conocer la Agenda 2030 para valorar cuál puede ser la contribución de la empresa y establecer un compromiso que ésta pueda difundir. No es lo mismo tener una tienda de ropa que una panadería. Eso sí, cualquier negocio puede encontrar un objetivo concreto en el que impactar positivamente.

-Definir prioridades. Maximizar la contribución a los ODS es importante y, para ello, el siguiente paso es definir prioridades. La guía propone mapear y medir los impactos reales y potenciales de las actividades de la empresa. Los ODS prioritarios serán aquellos que puedan tener una mayor incidencia en la actividad empresarial.

-Establecer objetivos. Estos objetivos deberán ir acompañados de una estrategia pública en ODS. Mostrar públicamente esta voluntad de contribución servirá para afianzar el proyecto en la empresa, mostrar compromiso y abrir oportunidades para crear alianzas. El consumidor es cada vez más exigente y será una obligación para el negocio exponer las buenas prácticas de sus proveedores.

-Integración. La guía propone que el compromiso cale en todas las acciones y áreas de la organización, y, por supuesto, los objetivos corporativos deben ser traducidos en acciones concretas. Además, es interesante analizar la posibilidad de alinear los sistemas de gestión implementados en la empresa con esta nueva faceta de la gestión.

-Reportar y comunicar. Todo este esfuerzo tendría poco sentido si la empresa no es consciente de su contribución y logra comunicarla. No existe un referente único para abordar esta comunicación no financiera. Sin embargo, es recomendable partir de estándares validados que puedan ayudar a dar pasos solventes hacia este tipo de reporte como son el Informe de Progreso de la Red Española del Pacto Mundial o los Estándares del Global Reporting Initiative.







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