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Las comunidades son protectoras de la biodiversidad peruana. Por ello, se hace necesario brindarles los recursos para la defensa de sus territorios, así como promover un mercado sostenible que les genere crecimiento económico. 

Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe

Abordar la biodiversidad peruana implica poner atención a las comunidades que se relacionan con estos ecosistemas. A lo largo de los años, gran parte del rol de ellas ha sido el de protectoras ante los retos que ha significado la propia naturaleza y la incursión negativa del ser humano. La tala ilegal, la minería ilegal, entre otros ilícitos, son escenarios que hasta la fecha asumen. 

Percy Summers
Director senior de Ciencia
y Desarrollo de Conservación
Internacional (CI)

Percy Summers, director senior de Ciencia y Desarrollo de Conservación Internacional (CI), destaca la importancia histórica que han tenido las comunidades sobre la biodiversidad. Asimismo, resalta el mayor reconocimiento que le otorga la comunidad científica por su capacidad para proteger hábitats y su adaptabilidad a las condiciones cambiantes que se presentan. 

“Ocupan un territorio muy grande de la Amazonía. Más del 30 % está en manos de comunidades indígenas, toda esa biodiversidad que utilizan y manejan están en manos de ellas. Entonces, si hablamos de la relación entre biodiversidad y comunidades, han jugado un rol en el pasado clave y lo van a seguir teniendo en el futuro”, señala. 

María Elena Gutiérrez
Directora ejecutiva de
Conservación Amazónica

No obstante, las comunidades campesinas, indígenas o locales enfrentan desde sus inicios una serie de desafíos, entre los más graves, relacionados a delitos que han acabado no solo con la misma biodiversidad, sino también con sus vidas. En ese contexto, María Elena Gutiérrez, directora ejecutiva de Conservación Amazónica – ACCA, menciona que es necesario empoderar a las comunidades para la defensa de sus territorios. 

“Desde ACCA venimos impulsando acciones que permitan democratizar el control y vigilancia de la Amazonía a través del monitoreo satelital y el fortalecimiento de capacidades de los usuarios del bosque, en el uso de tecnologías, como drones para la identificación de las amenazas. Asimismo, trabajamos de la mano con las autoridades regionales y nacionales para empoderarlas y promover políticas públicas que fortalezcan la gobernanza ambiental”, explica. 

Asimismo, Gutiérrez nos comenta que “En Madre de Dios se concentran cerca de 1 500 concesiones forestales entre maderables y no maderables, aproximadamente. Si es que hay algún delito forestal en estas concesiones, solo hay 4 policías ambientales y con recursos muy restringidos para hacer frente a estas amenazas de una manera efectiva”. 

“Otro reto en el cual venimos trabajando es en promover la articulación efectiva entre las diferentes entidades sectoriales del Estado a nivel local, regional y nacional , a fin de que se puedan dar soluciones integrales a los problemas que presentan en el uso sostenible del territorio”, detalla María Elena Gutiérrez. 

La problemática en general tiene también relación con el saneamiento legal de los territorios donde se asientan ciertas comunidades. Afrontar cualquier situación judicial para defender sus territorios las deja muy vulnerables legalmente si no cuentan con la titulación necesaria o un documento que certifique su propiedad. 

“Es necesario que el Estado tome acción en el saneamiento de estos territorios y definir cuáles son los derechos que se pueden dar. En algunos casos sí se puede encontrar un sano equilibrio entre diversidad de actividades en un mismo territorio, pero en otros no”, argumenta. 

Tenemos un gran nicho de mercado, pero falta desarrollar ese encadenamiento responsable.

Biodiversidad y crecimiento económico 

A pesar de un panorama que urge de una solución, existen oportunidades para una convivencia armónica entre las comunidades y la biodiversidad. En los últimos años, ha sido más evidente que la conservación no se limita a la intangibilidad de los recursos, sino que también representa crecimiento económico y progreso para las comunidades en el marco de un aprovechamiento sostenible, tal como lo indica Percy Summers. 

“Las estrategias que van a ser más sostenibles en el tiempo son aquellas que van a poder combinar ambas. La necesidad de cuidar con la necesidad de crear oportunidades económicas viables y mantener una visión holística del tema. Vamos a conservar, pero también vamos a promover las oportunidades económicas alineadas a los objetivos de conservación”, manifiesta. 

María Elena Gutiérrez explica que existen productos del bosque que cada vez tienen más valor en el mercado, por lo que representan oportunidades para modelos de negocios sostenibles. Uno es la castaña, donde Perú es el tercer productor del mundo, otro el cacao nativo o el aguaje. Estos recursos son comercializables bajo un esquema de compromiso ambiental y pago justo a las comunidades. 

“Tenemos un gran nicho de mercado, pero falta desarrollar ese encadenamiento responsable”, enfatiza. 

Precisamente, generar una cadena de valor es uno de los grandes desafíos para acelerar el crecimiento de este mercado, en el que el sector privado puede ser un importante actor de la mano con las comunidades. Percy Summers indica que para ello es vital que estas últimas tengan conocimiento de cómo funciona el mercado para que se integren a nuevos tipos de negocios. 

Desde el punto de vista del inversionista, prosigue Summers, puede existir una cierta percepción de riesgo el trabajar directamente con las comunidades, por lo que muchas veces buscan intermediarios o prefieren adquirir tierras más no establecer una alianza con ellas. Si bien es cierto que gradualmente esto viene cambiando, aún se hacen necesarios mediadores que le otorguen confianza a este proceso: “Ahí el rol del Estado o de organizaciones como Conservación Internacional para facilitar estos procesos es clave”. Finalmente, la biodiversidad como un factor de crecimiento económico también se relaciona con el ecoturismo. María Elena Gutiérrez, por su parte, destaca el atractivo que despierta los hotspots de biodiversidad, áreas donde se encuentra un alto nivel de endemismo; así como la presencia y desarrollo del mercado de birdwatchers (observadores de aves) en el Perú. 

“La principal barrera que tenemos que afrontar ahora es la articulación con el mercado. Se pueden tener servicios y productos espectaculares, pero si no se conocen es difícil. Necesitamos articular con el sector privado quienes son los que saben hacer mercado”, finaliza.

Cambio climático y negocios sostenibles 

Desde Conservación Amazónica – ACCA, trabajan en la conservación y puesta en valor de los bosques amazónicos, generando alternativas sostenibles para las poblaciones locales, basadas en la ciencia y la tecnología e innovación que incluye la vigilancia de sus territorios. También aportan a la resiliencia frente al cambio climático: “Tratamos de generar información científica y sólida para que seamos resilientes frente al cambio climático. Es así que, contamos con tres estaciones biológicas a lo largo de los Andes amazónicos”. 

Por su parte, Conservación Internacional, junto con USAID y el gobierno de Canadá, viene trabajando en la plataforma denominada Alianza Empresarial por la Amazonía (http:// alianzaempresarialamazonia. pe/), la cual busca crear las condiciones adecuadas para el desarrollo de modelos de negocios sostenibles: “Estamos trabajando con varias cadenas, con cooperativas de cacao, de café, comunidades indígenas en lo que son plantas medicinales para infusiones, entre otras”. 







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