
En un mundo cada vez más guiado por la tecnología, el talento latinoamericano en programación demostró estar a la altura de los mejores. La final global de TCS CodeVita XII, el certamen de codificación más grande del planeta, reunió a los 25 programadores más brillantes del mundo, entre ellos, nueve latinoamericanos que pusieron en alto el nombre de la región.
Con más de 537 mil inscritos de 96 países, la competencia organizada por la gigante tecnológica Tata Consultancy Services (TCS) celebró su gran final en Chennai, India. Desde Sudamérica llegaron representantes de Chile (5), Perú (2), Brasil (1) y Ecuador (1), consolidando una fuerte presencia de un continente que, cada vez más, se posiciona como una cantera de talento digital.
Perú dijo presente gracias a Mijail Poccohuanca, estudiante de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), y Sebastián Valdivia, de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), quienes lograron avanzar entre medio millón de competidores hasta llegar al escenario donde se disputa el título de “Mejor Programador del Mundo”.
“Estar aquí ya es ganar. La competencia es durísima, pero es increíble ver cómo lo que estudias y practicas puede llevarte tan lejos”, comentó uno de los finalistas peruanos desde India.
CodeVita no solo es un torneo: es una ventana al futuro del desarrollo de software, la inteligencia artificial y la innovación. Y que tantos jóvenes latinoamericanos lleguen a estas instancias marca un precedente para el ecosistema tech de la región. A diferencia de otros certámenes centrados en Silicon Valley o Europa, este campeonato global pone el foco en el ingenio puro, sin importar la geografía.
Mientras gobiernos y empresas intentan cerrar brechas en educación tecnológica, estos jóvenes ya las están saltando con talento, lógica y miles de líneas de código. La región aún tiene desafíos, pero estos finalistas demuestran que el potencial existe —y está compitiendo al más alto nivel mundial.
La participación de Latinoamérica en CodeVita no solo inspira, sino que también redefine el mapa global del talento en programación. Y aunque el título de “Mejor Programador del Mundo” aún sea un desafío en disputa, el futuro del código claramente habla español… y también portugués.