El primer borrador del texto de negociación presentado en la COP29, en Bakú, ha desencadenado críticas generalizadas, principalmente por su ausencia de cifras específicas sobre financiación climática. Mientras Wopke Hoekstra, Comisario de Clima de la UE, calificó de «inaceptable» esta falta de claridad; Lídia Pereira, presidenta de la delegación del Parlamento Europeo, instó a intensificar los esfuerzos de mitigación y mantener los avances logrados en acuerdos anteriores.
El documento aborda cuestiones esenciales como las contribuciones de cada país y los elementos incluidos en el objetivo anual de financiación climática. Sin embargo, las cifras concretas, necesarias para medir el compromiso global, aún están ausentes, generando incertidumbre sobre la efectividad de los acuerdos.
Asimismo, el borrador menciona el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, destacando la necesidad de respetar la soberanía de los países. No obstante, expertos como Eleonora Cogo, del ‘think tank’ ECCO, señalan que el panorama global ha cambiado en las últimas tres décadas, con países como China y Corea del Sur desempeñando roles más activos en la financiación a través de bancos multilaterales. La clave, afirman, está en decidir si sus contribuciones seguirán siendo voluntarias o deberán formalizarse.
La urgencia de un consenso histórico
Aunque el texto no es definitivo, fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que se está cerca de un «avance histórico». Mientras tanto, la presidencia de la COP29 insiste en que las cifras serán incluidas en futuras revisiones, dejando a Bakú en el centro de atención como un posible punto de inflexión para el compromiso climático global.
A pesar de las tensiones, la UE ha reafirmado su voluntad de liderar el esfuerzo por la financiación climática. Sin embargo, Pereira advirtió sobre el riesgo de retroceder en los compromisos de mitigación: “No podemos permitir que las presiones diluyan los acuerdos logrados en Dubái”.
La COP29 sigue siendo una plataforma crucial para alinear intereses y fortalecer la cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, los próximos días serán decisivos para definir si las promesas se traducirán en acciones concretas.