¿Cuáles han sido los avances en el proceso de vacunación en América Latina en los últimos años?
El objetivo siempre es lograr una tasa de cobertura más alta. Es cierto que, tras la pandemia, las tasas de vacunación disminuyeron porque muchas familias no llevaron a sus hijos a vacunar. Sin embargo, el Ministerio ha estado trabajando en diversas campañas para mejorar estas tasas de cobertura.
De acuerdo a cifras recientes, la tasa de vacunación en general ha superado el 80% para la mayoría de las vacunas. Aunque aún hay segmentos que necesitan atención, creo que podemos reforzar la información desde la academia, la sociedad civil y el gobierno sobre la importancia de la vacunación.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el gobierno para cerrar esta brecha y aumentar la tasa de vacunación?
El gobierno ha estado realizando campañas durante todo el año, como la actual campaña de barrido contra el sarampión. Es fundamental llevar el mensaje sobre la importancia de estar al día con las vacunas y facilitar el acceso al sistema público de salud.
Con el aumento del movimiento antivacunas durante la pandemia, ¿Cómo se puede combatir la desinformación y la resistencia de algunos padres a vacunar a sus hijos?
La mejor manera de abordar esto es a través de la información. Gracias a las vacunas, se han erradicado enfermedades como la viruela y la polio en las Américas y otras zonas del mundo. Nadie puede dudar del impacto positivo de la vacunación. La disminución de las tasas de cobertura puede llevar a la reaparición de enfermedades, como se ha visto con el sarampión en la región.
En cuanto a la política gubernamental, ¿Cómo se pueden mantener las estrategias de vacunación sin que se vean afectadas por cambios en la administración?
Es esencial que existan políticas gubernamentales consistentes. Aunque las autoridades puedan cambiar, las políticas de salud deben ser sostenibles. Un buen ejemplo es el Banco Central de Reserva, que opera de manera efectiva independientemente de las autoridades.
Se mencionó el uso de medicina ancestral para tratar enfermedades. ¿Cómo se puede integrar esto en la estrategia de salud pública, especialmente en áreas rurales?
Es crucial reconocer y respetar la cultura ancestral al implementar políticas de salud. Hemos aprendido que trabajar en conjunto con las comunidades es clave, como se ha visto con el enfoque del parto vertical que mejoró el acceso a partos institucionales en diversas comunidades.
¿Cuál es la proyección para el uso de la vacuna contra el COVID-19 y cómo podría cambiar la situación de la vacunación en el futuro?
A medida que enfrentamos el envejecimiento poblacional, es vital crear un sistema de carnet de vacunación para adultos, similar al de los niños. Actualmente, el Ministerio de Salud está trabajando en la vacunación de adultos, incluyendo la de influenza y neumococo, aunque todavía hay mucho por hacer.
A través del sistema de salud, ya es posible rastrear qué vacunas ha recibido una persona. Aunque esto requiere un proceso de aprendizaje, estamos avanzando en la dirección correcta.