Muchos líderes de negocios tienen una visión limitada o estrecha sobre temas que abarcan la sostenibilidad.

Por Stakeholders

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A pesar de que la sostenibilidad sigue siendo un tema relevante, el reciente estudio de Bain & Company, «The Visionary CEO’s Guide to Sustainability 2024», revela una disminución en su priorización entre los CEOs. Esto resulta sorprendente en un mundo donde los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y donde la sostenibilidad debería ocupar un lugar prioritario en las agendas empresariales. Muchos líderes de negocios tienen una visión limitada o estrecha sobre temas que abarcan la sostenibilidad.

Mientras los consumidores están más conscientes que nunca —con un 61% expresando preocupación por el cambio climático— muchos CEOs parecen haber pasado de un entusiasmo a una sensación de resignación. Enfrentados a desafíos como la IA, la inflación y la incertidumbre geopolítica, la sostenibilidad se ha visto relegada a un segundo plano. Pero aquí está la cuestión: reconocer que la sostenibilidad es un desafío complejo no significa que debamos ignorarla. Por el contrario, este cambio de enfoque refleja una falta de comprensión sobre lo que realmente implica ser sostenible en el mundo actual.

Aunque la ola del ESG llegó con buenas intenciones, ha llevado a muchas empresas a enfocarse en cumplir con los requisitos de las instituciones financieras, lo que se traduce en una simple conformidad. Actualmente, casi la mitad de las empresas no alcanzan sus objetivos de reducción de emisiones de alcance 3, y el 30% de las que reportan sus emisiones están rezagadas. Esto ha convertido la sostenibilidad en un concepto ambiguo y, en muchos casos, confuso.

Y, sin embargo, la sostenibilidad es más relevante que nunca. Los consumidores no solo esperan que las empresas hagan compromisos; quieren ver acciones concretas. Un 36% de los compradores B2B afirma que dejaría de lado a proveedores que no cumplan con sus expectativas en sostenibilidad, y casi el 60% está dispuesto a hacerlo en los próximos tres años. Esta presión debe ser una señal de alerta para los CEOs: ignorar la sostenibilidad no es solo un error ético, sino un riesgo comercial real.

Esto me recuerda cómo, en momentos de estrés, personas como yo le restamos importancia a ciertos hábitos de salud: dejando el ejercicio, comiendo cualquier cosa, beber para relajar, etc. Al principio, puede parecer inofensivo, pero con el tiempo esa negligencia afecta la energía y rendimiento en todos los aspectos de la vida.

De manera similar, los CEOs están relegando la sostenibilidad a un segundo plano, creyendo que pueden concentrarse en problemas más inmediatos. Ignorar este aspecto no solo es un error estratégico, sino que también compromete la salud general de la empresa y su capacidad para atraer a esos consumidores conscientes.







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