Stakeholders conversó con Sara Mitchell, Gerenta de Alianzas de Amantaní, quien destacó el impacto transformador del proyecto Transición, diseñado para brindar acceso a la educación superior y empleo a jóvenes de comunidades rurales en Cusco y Loreto. Desde su inicio en 2016, el programa ha beneficiado a 188 jóvenes, de los cuales el 60% son mujeres

Por Stakeholders

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Transición es su proyecto bandera. ¿Podría contarnos en detalle cómo surgió la idea de este proyecto y cuál ha sido su impacto en las comunidades de Cusco y Loreto?

En el 2008, iniciamos nuestro proyecto de Albergues en Ccorca para apoyar a niños de comunidades rurales a acceder y completar la educación formal. El proyecto logró mejorar las tasas de finalización de la escuela secundaria, por lo que los padres comenzaron a pensar en lo que les esperaba a sus hijos después de la escuela. El Proyecto Transición fue diseñado para ayudar a los jóvenes de las comunidades a acceder a la educación superior y a oportunidades de empleo justas. Desde el 2016 nos hemos expandido a otro distrito de Cusco y a la región de Loreto, en alianza con las autoridades, escuelas y comunidades locales. Desde que inició el proyecto, 188 jóvenes han tenido acceso a la educación superior en Cusco e Iquitos, entre ellos 100 mujeres. Además, se ha apoyado a más de 470 estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de Loreto para que se preparen para la vida después de la escuela. Hasta el momento, 51 jóvenes (60% mujeres) se han graduado con títulos profesionales y el 83% de los jóvenes que completen la educación superior entre 2022 y 2024 están actualmente empleados a tiempo completo y ganan al menos el salario mínimo.

Amantaní tiene años trabajando con jóvenes ¿Cuáles han sido los principales desafíos que han enfrentado y cómo han logrado superarlos?

Inicialmente, lograr el compromiso de los padres fue difícil porque el seguir con estudios no era el camino tradicional para las familias, sin embargo, involucrando a los padres en el desarrollo y monitoreo del proyecto ha resultado en un alto nivel de compromiso al acompañamiento emocional y material de sus hijos.

En Loreto, la distancia es uno de los desafíos más grandes y ha impactado el número de jóvenes y padres que participan del proyecto. Por esto, abrimos la casa juvenil amazónica para que los jóvenes tengan un espacio para vivir durante el periodo académico.

Uno de los enfoques de Amantaní es el trabajo social participativo. ¿Podría explicar cómo este enfoque se traduce en sus proyectos y cómo asegura la participación activa de las comunidades en el proceso?

La participación es uno de los pilares fundamentales de nuestra organización y juega un rol clave en la formulación de proyectos con jóvenes y padres. La toma de decisiones en cada fase del proyecto busca incluir las voces de todos los que participan, fomentando las relaciones horizontales durante el proceso. También, con las capacitaciones a profesores en Loreto, aseguramos un acompañamiento cercano con los jóvenes y un mayor impacto a largo plazo. Queremos que tanto los jóvenes, sus padres y los donantes, se sientan libres de monitorear el proyecto y sugerir cambios o mejoras cuando sean necesarias. Para nosotros, es muy importante que los jóvenes puedan crear y adoptar el cambio, asegurando que sus voces dan forma a las decisiones que impactan sus vidas. También, involucrar a los profesores

¿Qué rol juegan las alianzas con otras organizaciones y entidades en el éxito de sus proyectos, y cómo buscan fortalecer estas colaboraciones en el futuro?

Nuestro trabajo se realiza en conjunto con los jóvenes, familias, miembros de las comunidades, entidades locales, redes educativas y empresas privadas. Cada una de estas alianzas tiene un rol fundamental en el éxito del proyecto y los logros profesionales de los jóvenes. Junto a ellos, tomamos decisiones y monitoreamos el impacto del proyecto, asegurando siempre que las voces de los jóvenes sean escuchadas. Actualmente buscamos expandir nuestra red de alianzas y contar con un mayor número de personas y entidades que también creen en el potencial de los jóvenes y en su contribución al desarrollo sostenible de sus comunidades.

Con la experiencia que han acumulado a lo largo de los años, ¿Qué consejo le daría a otras organizaciones pequeñas que buscan crear un impacto significativo en sus comunidades?

Nosotros consideramos que el nivel de participación es fundamental en proyectos que buscan un impacto comunitario. Independiente al tamaño de la organización, es importante que los miembros de las comunidades trabajen junto al equipo en plantear los proyectos que beneficien a sus comunidades a largo plazo. También, en los años que venimos trabajando en los Andes y la Amazonía, hemos comprobado la importancia de integrar la herencia cultural de las comunidades en los proyectos.

¿Qué expectativas tiene Amantaní para el futuro y cuáles son los próximos pasos que planean dar para seguir avanzando en su misión?

Nuestro principal objetivo es que más jóvenes sigan los pasos de sus compañeros y que podamos extender esta oportunidad a más jóvenes de Cusco y Loreto. Para esto, continuaremos trabajando de cerca con los jóvenes, padres de familia y centros educativos para garantizar que el acompañamiento y soporte se esté dando de manera conjunta y que los jóvenes que se gradúan como profesionales, puedan tomar el siguiente paso hacia el empleo formal con la confianza, preparación y resiliencia que los caracteriza.







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