Starbucks tomó recientemente la decisión de permitir que su nuevo director ejecutivo, Brian Niccol, utilice un avión privado para desplazarse desde su casa a la oficina, al menos tres veces por semana.
Niccol, que reside en Newport Beach (California), podrá utilizar un jet corporativo para viajar aproximadamente 1.600 kilómetros hasta la sede de la empresa en Seattle. Este privilegio ha sido calificado por muchos como un ejemplo de la desconexión entre los compromisos públicos de sostenibilidad de la empresa y sus prácticas internas.
Según la carta de oferta de empleo, Starbucks le proporcionará una oficina remota en Newport Beach y acceso al jet de la compañía para su traslado hacia y desde Seattle. Aunque la compañía asegura que se continuará con las políticas de trabajo híbrido, las discusión se ha centrado en el impacto ambiental de los aviones privados que emiten una cantidad de dióxido de carbono desproporcionadamente alta en comparación con otros medios de transporte.
«Mientras el mundo se enfrenta a olas de calor, sequías, inundaciones y otras consecuencias nefastas de una crisis climática acelerada, es injustificable que las empresas ofrezcan aviones privados como beneficios a los empleados. Estos aviones son un símbolo claro de la injusticia social y climática”, cuestionó Clara Thompson, activista climática de Greenpeace.
De acuerdo con un informe de Transport & Environment, un avión privado puede emitir hasta dos toneladas métricas de dióxido de carbono en una hora de vuelo. A modo de comparación, un ciudadano promedio de la Unión Europea emite alrededor de 8,2 toneladas de dióxido de carbono en un año entero.
Política de sostenibilidad en duda
La política de sostenibilidad de Starbucks se ve comprometida por decisiones como esta. En 2020, la empresa se comprometió a reducir sus emisiones de carbono a la mitad para 2030 y a ser “positiva en términos de recursos”, almacenando más carbono del que emite. Sin embargo, el informe de sostenibilidad de la compañía, en marzo de este año, reveló que las emisiones totales de la cadena de café aumentaron un 8% en comparación con los niveles de referencia de 2010.
Según los críticos, el anuncio de que Niccol tendrá acceso a un avión privado contradice los esfuerzos de la empresa por proyectar una imagen de responsabilidad ambiental.