El Banco de Alimentos Perú (BAP) logró evitar la emisión de más de 26,000 toneladas de dióxido de carbono (CO2e) entre el 2021 y 2022, una cifra que destaca la poderosa intersección entre la lucha contra el hambre y la mitigación del cambio climático. Así lo revelaron datos de la startup CoreZore.
La magnitud de este impacto ambiental radica en el rescate de más de 20,000 toneladas de alimentos por parte del BAP durante el período mencionado, lo que ha dado lugar a la generación de 26,072 créditos de carbono. Estos créditos son valiosos instrumentos en la compensación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyendo así a la reducción de la huella ambiental y la promoción de una economía baja en carbono.
La importancia de esta iniciativa radica en su capacidad para contrarrestar las actividades humanas que alimentan el cambio climático, como la quema de combustibles fósiles y la agricultura intensiva. Según Leslie Pierce, presidente del directorio del BAP, esta labor no solo contribuye a erradicar el hambre, sino que también se convierte en un pilar fundamental en la lucha contra el cambio climático.
«El BAP continuará siendo un actor clave en la agenda de erradicación del hambre, la reducción del desperdicio y el cambio climático, ya que creemos firmemente que rescatando alimentos también podemos salvar a nuestro planeta», afirmó Pierce.
Desde su creación, el BAP ha sido un actor clave en la batalla contra la inseguridad alimentaria, atendiendo de manera constante a más de 300,000 personas y rescatando más de 44,000 toneladas de alimentos, lo que ha beneficiado a más de 1 millón de peruanos en situación de vulnerabilidad alimentaria.