El agua dulce es cada vez más escasa por el cambio climático, pero no es su única amenaza. La contaminación podría afectar, al 2050, hasta un tercio del agua disponible, lo que incidirá directamente en la calidad de vida de 3.000 millones de personas a nivel mundial, de acuerdo con una investigación publicada en Nature Communications. El sur de China, Europa, Norteamérica y África serán las regiones más afectadas.
El artículo científico recoge las conclusiones de un estudio de modelización realizado por la Universidad de Wageningen de Holanda
La investigación resalta que, aunque el cambio climático influye en la disponibilidad de agua, la urbanización y la agricultura han originado un incremento de la demanda de agua y de la contaminación, limitando su uso seguro. Debido a sus altos niveles de contaminación por nitrógeno, se prevé que muchas subcuencas del sur de China, Europa central, Norteamérica y África se conviertan en focos de escasez de agua.
“El artículo se centra exclusivamente en el estudio de los nitratos, que es la primera causa del mal estado químico o riesgo de alcanzarlo en la mayoría de las masas de agua superficiales y subterráneas. La agricultura es el principal uso consuntivo de recursos hídricos en la mayoría de los países, y el principal motor de la contaminación por nitratos”, señala David Pulido Velázquez, investigador científico del IGME-CSIC, donde dirige el departamento de Aguas y Cambio Global en declaraciones a Science Media Centre España.
“El necesario uso agrario, por tanto, es una de las principales fuerzas motrices de la escasez en la mayoría de las cuencas estudiadas. Aunque los nitratos sean la principal causa del mal estado de las masas de agua, existen otros muchos contaminantes (cloruros, contaminantes emergentes, etc.), que hacen que el agua no sea potable. Por tanto, el efecto de la calidad sobre la escasez es aún mayor del analizado en este trabajo que se limita al análisis de los impactos por nitratos”, agrega.
Según el estudio el agua de 2.517 subcuencas se consideraba escasa en cantidad y calidad, frente a sólo 984 subcuencas con escasez sólo en cantidad en 2010. Para 2050, los autores prevén que 3.061 subcuencas corran el riesgo de sufrir escasez de agua en cantidad y calidad, poniendo en peligro los recursos hídricos de otros 3.000 millones de personas.
Los autores subrayan la importancia de que los responsables políticos incorporen la calidad del agua en sus evaluaciones de los futuros recursos hídricos. Aunque la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 se refiere al agua limpia, muchas medidas de control de la contaminación relativas al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 en torno a la agricultura pueden tener beneficios sinérgicos con la contaminación del agua y estas protecciones contra la escasez de agua. Medidas que son precisamente las que incorpora la Agenda Verde Europea que amplía la obligación de crear más espacio a la agricultura ecológica y que precisamente ha generado la reacción de los agricultores europeos.
“Todas las previsiones sobre los actuales y los futuros impactos del cambio climático alertan de que llevarán aumentos en las temperaturas, disminuciones en precipitaciones y una mayor incidencia y severidad de efectos naturales extremos. En este contexto, la gestión de los recursos hídricos y la adaptación de las sociedades y economías a un contexto de escasez de estos recursos se plantea como uno de los principales retos medioambientales actuales”, explica Encarna Esteban, profesora titular en la facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Zaragoza.
De acuerdo con la especialista, la presión sobre los recursos hídricos va a acentuarse en regiones áridas y semiáridas del planeta. De hecho, en 2022, Europa experimentó la sequía más grave de los últimos 500 años.