POR DENISSE TORRICO
¿Cuáles son las principales novedades en las recientes actualizaciones de los estándares del GRI y cómo influyen en la rendición de cuentas y transparencia de las organizaciones a nivel mundial?
En el 2021 hicimos una actualización muy importante para alinear todo el proceso de reporte a los principios rectores y al proceso de debida diligencia de empresa y derechos humanos. Desde entonces venimos también en el proceso de expedir nuevos estándares de carácter sectorial, que lo que hacen es darte una descripción de una serie de sectores y una lista de probables temas críticos, importantes o técnicamente conocidos como materiales en cada una de las industrias.
Para eso se ha desarrollado un calendario de más de 40 sectores que serán desarrollados. En este momento ya están disponibles petróleo y gas, carbón, agricultura, y pesca. Estamos a punto de conocer el nuevo estándar de minería que contendrá 25 potenciales temas críticos relevantes para la industria. También estamos en proceso de desarrollar estándares sectoriales para banca, seguros y mercado de capitales y gestión de activos.
¿Cuál es la razón que motiva la creación de este estándar específico en relación con la minería?
El orden en que fue diseñado el calendario de actualización de estándares sectoriales corresponde a hacerse cargo primero de aquellos que tienen impacto mejores conocidos o más significativos en el desarrollo sostenible. Por eso encuentras primero la industria minera, la industria extractiva y la industria agrícola. Después vienen también bebidas, alimentos y 30 sectores más.
En el contexto peruano, ¿cómo ayudan estos estándares en los reportes de sostenibilidad de las empresas?
Lo que hace este estándar sectorial es actualizar los temas relevantes para esta industria y decirle a cualquier empresa que opere en el sector que hay temas que son críticos en su reporte. Los estándares son una guía que hace que la empresa no tenga que partir de cero para imaginar cuáles pueden ser sus impactos. Lo que tendrán que hacer las empresas, entonces, es revisar cuáles son relevantes. Además, le da a las organizaciones un lenguaje común y si se quiere una carrera hacia la cima de cómo mejorar constantemente.
Por otro lado, ¿cómo se maneja el concepto de doble materialidad en los informes de sostenibilidad corporativa?
El punto de partida de un reporte de sostenibilidad para una empresa debe ser entender cuáles son sus impactos en los componentes ambientales, sociales y económicos. Y con base en esos impactos priorizar sobre qué temas va a reportar. A eso se le llama materialidad.
Hay una segunda capa de esa priorización de temas de materialidad que se conoce como la materialidad financiera, la cual hace referencia a aquellos aspectos ambientales, sociales y económicos que tiene la capacidad de incidir de manera financiera en el desempeño de la organización.
“En sostenibilidad existe la tentación de solo mostrar lo bueno y contar lo bueno”.
¿En qué medida las empresas en Perú están actualmente abordando este aspecto, y cuánto queda por hacer para alcanzar un nivel óptimo en este ámbito?
Normalmente la doble materialidad se da más en las empresas que están listadas en mercado de capitales y que tienen que acceder a recursos en el extranjero. El concepto de doble materialidad es relativamente nuevo y yo creo que las empresas, las líderes en particular, están intentando avanzar en esa dirección.
En el caso de Perú, es resaltable que hay mucha pequeña y mediana empresa reportando y creo que eso es muy diciente del potencial que tiene el proceso de reporte como herramienta de gestión. Estamos todavía muy temprano para saber si lo están haciendo perfectamente o no, pero lo que queremos es que las empresas comiencen a hacerlo.
¿Cómo influye la normativa europea de reporte en la divulgación de información en empresas latinoamericanas?
Los últimos tres años hubo un acelerado crecimiento en la cantidad de normativa en el mundo y en Latinoamérica que busca que la empresa rinda cuentas en temas ambientales, sociales y de gobernanza. La Unión Europea está siendo pionera a través de sus directivas de reporte. Es interesante porque la directiva en un principio cubre a empresas europeas. Invita u obliga a la empresa europea a reportar respecto a sus impactos en sus cadenas de abastecimiento, las cuales normalmente están fuera de Europa, muchas de ellas en América Latina.
¿Cuál es la importancia que tiene la presentación de reportes en las empresas?
Ahí es muy importante recordar por qué necesitamos reportar. No necesitamos reportar para cumplirle a un Estado o un Gobierno y que no nos sancione. El ejercicio de tener que medir lo social y lo ambiental necesitamos hacerlo porque estamos en una crisis planetaria y en una crisis social. Esa mirada en los grupos de contribución a grupos de interés nos va a ser más competitivas como empresas y nos va a permitir hacer lo correcto. Entonces yo creo que los procesos de reporte así se vuelven obligatorios.
¿Cuáles son otras ventajas clave que las empresas pueden obtener al llevar a cabo un riguroso proceso de reporte?
De ese proceso detona herramientas de gestión ahorros, mejoras en atracción y retención de talento, eficiencia en los procesos, por supuesto reputación. Al final se trata de ser una mejor empresa y más competitiva.
En sostenibilidad existe la tentación de solo mostrar lo bueno y contar lo bueno. Cuando tú estás ajustado a un estándar como el del GRI, que lleva 25 años de trayectoria, te enfrentas a contar lo que el estándar pide, no únicamente lo que tú quieres.
Entonces, al ajustarse un estándar, tú tienes que estar pensando en los impactos positivos que es maravilloso, ojalá los potencias, pero también en cuáles son los impactos negativos que debes mejorar. Yo diría que ahí están las ventajas, pero las ventajas no se dan del tema acá en abstracto genérico, se dan de hacerlo bien porque la sostenibilidad también se puede hacer mal.