Un nuevo estudio internacional, en el que participó el Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (Creaf), ha revelado cifras impactantes sobre la responsabilidad humana en la extinción de especies aviares. Según la investigación publicada en la revista Nature Communication, los seres humanos son responsables de la extinción de aproximadamente 1.430 especies de aves, el doble de lo que se creía hasta ahora.
El análisis, basado en modelos matemáticos, ofrece una perspectiva inquietante sobre las implicaciones de la crisis de biodiversidad actual. Hasta el momento, se pensaba que alrededor de 600 especies de aves habían desaparecido desde el final del Pleistoceno, hace unos 130.000 años, con el 90% de estas extinciones ocurriendo en islas habitadas por humanos.
El equipo de investigación, liderado por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido (UKCEH) con la colaboración del Creaf, utilizó modelos estadísticos para estimar cuántas extinciones no descubiertas podrían haber ocurrido a lo largo de la historia humana moderna.
El estudio destaca que, aparte de especies icónicas como el Dodo de Mauricio y el Gavote gigante del Atlántico Norte, la crisis afecta a aves más cercanas, como la urraca de mar negra en Canarias y el rascón de Ibiza en Baleares.
La investigación también revela tres procesos de extinción masivos a lo largo de la historia, con el más significativo ocurriendo en el siglo XIV en el Pacífico Oriental, donde se estima la pérdida de 570 especies de aves. Otros eventos masivos incluyen la llegada de humanos al Pacífico Occidental en el siglo IX a.C. y la crisis actual que comenzó en el siglo XVIII.
Además de la deforestación y las especies invasoras, las aves se enfrentan a amenazas adicionales, como el cambio climático, la agricultura intensiva y la contaminación, todas impulsadas por la actividad humana. La proyección sombría es que la crisis en curso podría superar el evento de extinción del siglo XIV, con el riesgo de perder hasta 700 especies adicionales de aves en los próximos años.
El estudio contó con la participación de diversas instituciones, como la Universidad de Gothenburg, el Gothenburg Global Biodiversity Centre, la Universidad de Uppsala, la Universidad College London, la Zoological Society of London, la Universitat de Bayreuth, el Royal Botanic Gardens Kew y la Universidad de Oxford. Este hallazgo destaca la urgente necesidad de abordar la crisis de biodiversidad y tomar medidas significativas para preservar las especies aviares y su hábitat.