Por Stakeholders

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La economía circular es un modelo económico y productivo que apuesta por reducir el consumo de recursos naturales y la generación de residuos, aprovechando al máximo su valor a lo largo de su ciclo de vida. Un modelo que contribuye a la sostenibilidad ambiental, social y económica, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Actualmente, el mundo se encuentra en permanente cambio y a pasos acelerados, promovido principalmente por los efectos asociados al cambio climático y a las necesidades e intereses de los consumidores, lo que supone una serie de retos y desafíos para las diversas economías.

Uno de esos desafíos es precisamente reemplazar el actual modelo económico lineal, por el modelo económico circular; a fin de asegurar no solo un crecimiento responsable de las empresas, sino que, además, repercuta positivamente en la conservación de los recursos naturales, la innovación productiva, la eficiencia de los procesos, y la reducción del impacto sobre el ambiente. Retos y desafíos donde las empresas son protagonistas.

En Perú, una empresa que ha adoptado la economía circular -como parte de su estrategia de negocio y compromiso con la sociedad-, es Industrias San Miguel (ISM), una compañía peruana que produce y comercializa bebidas no alcohólicas, como gaseosas, aguas, jugos, energéticos y té. A sus 35 años de fundación, la empresa tiene presencia en siete países de América Latina y el Caribe, y cuenta con 19 marcas y más de 1200 millones de litros de bebidas producidas al año.

“ISM avanza a paso firme, con una estrategia de sostenibilidad enfocada en cinco pilares: agua, energía, gestión de residuos, colaboradores, y sus familias y comunidades. Por ello hemos incorporado la economía circular en nuestros procesos productivos, logísticos y comerciales, con el objetivo de optimizar el uso de los recursos, minimizar los impactos ambientales y generar valor compartido con nuestros grupos de interés”, destaca Katerina Añaños Alcázar, directora y gerente general corporativo de ISM.

Según indica la ejecutiva, la empresa viene implementando acciones de reciclaje y reutilización del agua; como la instalación de plantas de tratamiento de agua residual en sus fábricas, que le permiten reciclar y reutilizar el 39.8 % del agua extraída para sus operaciones. Además, ha desarrollado proyectos de reforestación y conservación de cuencas hidrográficas en las zonas donde opera, contribuyendo a la protección del recurso hídrico.

Mientras que, en eficiencia energética y uso de energías renovables, ISM ha puesto en marcha medidas para reducir el consumo de energía eléctrica y combustibles fósiles en sus plantas y vehículos, como la instalación de paneles solares, sistemas LED, sensores de movimiento, aislamiento térmico y equipos de alta eficiencia. Gracias a estas acciones, la compañía ha logrado ahorrar más de un millón de dólares en consumo de energía, solo en Perú.

“Nuestro objetivo es impulsar la economía circular a lo largo de nuestra cadena de valor”.

Y si hablamos de diseño e innovación para la circularidad, ISM ha incorporado estos criterios en sus productos y envases, buscando la circularidad que les permita alargar la vida útil de estos, facilitar su reutilización o reciclaje, reducir su peso y volumen, y emplear materiales reciclados o biodegradables. Por ejemplo, ISM ha reducido en un 25 % el pet de sus envases y tapas más ligeras.

Asimismo, ISM ha adoptado una política de gestión integral de residuos sólidos, que consiste en separar, clasificar, almacenar, transportar y disponer adecuadamente los residuos generados en sus actividades. Además, viene ejecutando proyectos de reducción de residuos como strech film, láminas termocontraíbles, cartón, entre otros, durante sus procesos productivos.

En el marco de estas iniciativas, la empresa obtuvo el Sello de Producción Limpia que otorga el Ministerio del Ambiente, tras cumplir satisfactoriamente con las 7 metas comprometidas en el Acuerdo de Producción Limpia, se trata de compromisos voluntarios basados en la minimización y/o eliminación de los residuos sólidos en su cadena de operaciones.

“Nuestro objetivo es impulsar la economía circular a lo largo de nuestra cadena de valor. Es decir, no solo el reciclaje, sino acciones de reducción, rediseño y consumo responsable; así como promover la cultura del reciclaje entre nuestros colaboradores, clientes y comunidades, mediante campañas de sensibilización, capacitación y recolección selectiva”, añade Añaños Alcázar.

Una buena noticia, que se suma a todo lo implementado, es que ISM ha adquirido una planta de reciclaje, ubicada en Lima Norte. Como parte de su compromiso por un futuro próspero, la empresa familiar viene desarrollando la estrategia y puesta en marcha de este nuevo activo, a fin de iniciar operaciones de acopio y transformación del pet en pellets, lo que servirá para producir sus propias botellas; fortaleciendo así, la cadena de valor empresarial, al generar redes de abastecimiento de pet, y fomentando un círculo virtuoso en el marco de la actividad y el sector de alimentos y bebidas peruano.

La ejecutiva también destaca que ISM es consciente que, para amplificar el alcance de sus acciones, es clave la articulación y trabajo conjunto, por tanto, busca fortalecer sus intervenciones trabajando junto a otros actores del ecosistema innovador y sostenible en el país. “Por ejemplo, la empresa se sumó a la gran cruzada verde empresarial, una jornada de arborización promovida por el Ministerio del Ambiente y la Asociación de Bebidas y Refrescos Sin Alcohol del Perú (Abresa); donde nuestros colaboradores voluntarios ISM participaron en la plantación de más de 300 árboles en el parque Bicentenario, en Ventanilla, Callao”, puntualiza.

Las iniciativas propias, tanto como las de articulación, le han permitido a ISM obtener beneficios ambientales, como la reducción de su huella de carbono, la disminución de su consumo de agua y energía, y la prevención de la contaminación; así como beneficios económicos, como el ahorro de costos operativos, el aumento de su productividad y competitividad y el acceso a nuevos mercados. Además de beneficios sociales, como el fortalecimiento de su reputación corporativa, el mejoramiento de su clima laboral y el desarrollo de sus comunidades.

ISM es un ejemplo de cómo la economía circular puede ser una oportunidad para las empresas peruanas que quieren desarrollarse bajo un enfoque sostenible; y lo hace, demostrando que es posible producir bebidas de calidad a precios competitivos, cuidando el medio ambiente y generando valor compartido. ISM es una empresa que sueña, cree y persevera en trascender la historia con un espíritu emprendedor, con una visión de futuro próspero.







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