En gran medida, la vida del planeta ya es digital. Pero el consumo tecnológico necesita energía. La huella de todo el tráfico digital es equivalente al 7% del consumo de electricidad mundial y genera el 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2). Es hora de saber cómo actuar para reducirlas.
En la actualidad hay alrededor de 4 mil millones de usuarios con conexión a internet y más de 30 mil millones de dispositivos conectados al día, según Greenpeace. La huella de todo el tráfico digital representa el 7% del consumo de electricidad mundial, generando el 2% de las emisiones globales de CO2. A pesar de que la tecnología tiene múltiples beneficios, es contaminante, por ello es fundamental realizar esfuerzos para lograr la sostenibilidad digital.
Los dispositivos electrónicos son responsables del 4% de la emisión de gases de efecto invernadero. En 2025 esta cifra podría situarse en el 8%. Con la actual tasa de crecimiento, la huella global de carbono de estas tecnologías representaría el 14% en 2040.
La cantidad de energía que requieren los servidores es al menos el 1% de la que consume el mundo en un año. La clave para que podamos seguir desarrollando nuestra actividad en la nube son: las energías renovables.
Otro factor importante es la climatización de los equipos. Algunos expertos afirman que una de las soluciones para este problema sería trasladar los servidores a países fríos como Islandia.
El uso de la nube debe considerar las emisiones de carbono que emite y cómo reducirlas. Mejorar el índice de uso de los servidores, o escoger energías no contaminantes y opciones de mayor eficiencia energética en las infraestructuras suponen una contribución significativa.
Estas son algunas recomendaciones que deben seguir las empresas para contribuir a alcanzar la sostenibilidad digital:
- Tener siempre en cuenta que el uso de las tecnologías digitales determina un impacto ambiental.
- Apagar los dispositivos digitales cuando estén en desuso.
- Utilizar el correo electrónico de manera responsable.
- Limitar el envío de archivos adjuntos.
- Vaciar periódicamente la papelera del correo electrónico, eliminando los mails innecesarios.
- Cancelar la suscripción a newsletters que ya no sean de interés.
- Limitar las transmisiones de audio y vídeo.
- Cerrar las páginas web después de haberlas visitado, esto ayudará a evitar el tráfico de datos innecesario.
- Poner los dispositivos digitales en modalidad ahorro energético durante el uso.
- Promover las economías circulares de los dispositivos digitales, ya sea prolongando la vida útil de los dispositivos, por ejemplo, reparándolos, o desechándolos al finalizar su vida útil como residuos electrónicos en vez de como residuos normales, para evitar la contaminación y promover el reciclaje de los materiales.