Debido a que el mar está más caliente, las especies como la cabrilla, el mero, la cojinova, entre otras, se están alejando en busca de aguas más frías. Los pescadores de la zona han optado por adaptarse a nuevos negocios debido a la reducción de la pesca.

Colorful fishermens boats in water near the shore in harbour of old Mediterranean town

Por Stakeholders

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Los pescadores de la caleta Cabo Blanco, ubicada en la provincia de Talara (Piura), han optado por adaptarse a nuevos negocios debido a la disminución de la pesca producto del cambio climático. Ubaldo Tume Periche, un pescador de la ciudad comentó que desde hace un par de años la pesca artesanal ya no es un buen negocio. 

Debido a que el mar está más caliente, las especies como la cabrilla, el mero, la cojinova, entre otras, se están alejando en busca de aguas más frías. Ante ello, Ubaldo, mencionó que están buscando opciones para poder cobrar más a los restaurantes de Piura y Lima por los productos enviados. Además, han adaptado sus embarcaciones, las han transformado en veleros que ahora transportan turistas.

Gracias al apoyo logístico de Profonanpe, el Fondo Ambiental del Perú, están usando la trazabilidad, que es la capacidad de rastrear con una cámara y un monitor el proceso de pesca para darle un valor agregado a su trabajo.

Punta Balcones

Esta playa ubicada en Negritos, distrito de la Brea (Talara), es un nuevo circuito turístico, que ha activado la empresa local La Brea Tours and Adventure junto a los pescadores del sitio, cómo una oportunidad para ofrecer cebiche de concha blanca, una especie endémica que estuvo en riesgo de desaparecer. Sin embargo, el camino es accidentado, ya que las lluvias han activado las quebradas, bloqueando los caminos para las 4X4.

Lobitos y El Ñuro

La pesca también se ha reducido en esa caleta visitada por surfistas de todo el mundo. En este lugar también se ofrece un servicio turístico similar al de Cabo Blanco.

Cabe resaltar que la caleta El Ñuro, es una de las más perjudicadas por los aguaceros e inundaciones. Para hacer frente a este problema, las mujeres de la zona, después de capacitarse, han creado una asociación que genera biofertilizantes con residuos de pescado, los cuales son vendidos a diversas partes del norte del país.

Desde el 2018 se han invertido al menos  US$6,950,239, financiados por el Fondo de Adaptación para capacitar a los pescadores, formalizar sus nuevos negocios, adquirir tecnología oceanográfica, entre otros. El Proyecto Adaptación Marino Costero (AMC), creado por Profonanpe y ejecutado por el Instituto de Mar del Perú (Imarpe) junto al  Ministerio de la Producción, se realiza desde 2018 en las caletas de Talara (Piura) y en Punta Salinas y Végueta, en Huacho (Lima). Ambos lugares han sido reconocidos como las comunidades pesqueras más vulnerables al cambio climático en el país.







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