En un contexto cambiante, marcado, por la reciente crisis sanitaria y su consecuente impacto en la economía mundial, se han visibilizado los desafíos a los que se enfrentan las organizaciones para predecir y gestionar riesgos, sobre todo aquellos relacionados con criterios ambientales, sociales y de gobernanza denominados ESG, (por sus siglas en inglés). La Autoridad Bancaria Europea, a través de su “Guía sobre riesgos relacionados con el clima y medioambientales”, estima que casi más del 80% de los activos son intangibles y que están vinculados a la reputación y confianza con los stakeholders; con lo cual se hace prioritario gestionar adecuadamente los riesgos ESG para asegurar la creación y preservación del valor de las empresas.
En 2018 el Comité de Organizaciones Patrocinadoras de la Comisión de Normas (COSO) publicó una adaptación de su marco de referencia de COSO ERM aplicado a los riesgos ESG (documento denominado: “Gestión del riesgo empresarial: Aplicación de la gestión del riesgo empresarial a los riesgos relacionados con factores medioambientales, sociales y de gobierno”) a modo de guía para aplicar los cinco componentes de su marco de referencia: i) gobierno y cultura; ii) estrategia y objetivos; iii) desempeño; iv) revisión y monitoreo y; v) información, comunicación y reporte. Para el componente de gobierno y cultura, la guía sostiene que es el gobierno corporativo el genuino responsable de generar conciencia para gestionar riesgos ESG en las empresas, ajustando la misión, visión y estrategia a los desafíos ESG; además, se debe evidenciar la existencia de un líder responsable de sostenibilidad para definir los lineamientos de gestión de estos riesgos. En el componente de estrategia y objetivos, COSO plantea la necesidad de alinear la gestión de riesgos ESG con el plan estratégico y operativo de la empresa, ajustando su apetito al riesgo.
El componente de desempeño es considerado uno de los más neurálgicos, pues involucra el proceso natural de la gestión de riesgos que incluye la identificación, evaluación, y respuesta a los riesgos ESG. La revisión y monitoreo implica la verificación permanente de posibles cambios en el entorno y la aplicación de indicadores de seguimiento. Finalmente, para la componente información, comunicación y reporte, COSO destaca la importancia de comunicar a tiempo los riesgos ESG a los mercados y entidades reguladoras locales, así como identificar oportunidades para mejorar la calidad de la información tanto interna como externa.
El papel de los consejos de administración
Recientemente, PriceWaterhouseCoopers (PWC) publicó una “Guía para la integración de criterios ESG en los Consejos de Administración” en la que se plantean seis aspectos a cuestionarse en los consejos de administración. El primero es incluir los aspectos ESG en el plan de gestión de riesgos de la empresa; el segundo, integrarlo a la estrategia a largo plazo; el tercero, la disponibilidad de información para supervisar los riesgos ESG; el cuarto, incorporar estándares de referencia para evaluar los aspectos ESG; el quinto, alinear las expectativas de los inversionistas con los aspectos ESG y; finalmente, identificar si la comunicación es prolija de cara a los stakeholders.
Es evidente que los aspectos ESG presentan desafíos que deben ser resueltos de forma inmediata y también es notoria las oportunidades que tienen las empresas para crear valor a largo plazo, generar impacto positivo en los stakeholders y, por supuesto, ser parte del desarrollo sostenible de nuestro planeta.