Esta nueva era del Antropoceno está marcada por las relaciones y actividades humanas que vienen produciendo transformaciones irreversibles en el ambiente. Hemos tenido cambios significativos en el clima, pérdida de biodiversidad y aumento de niveles de contaminación. Esto afecta a las empresas y la sociedad, dando lugar a un gran desafío de sostenibilidad. Tenemos la urgencia de equilibrar el desarrollo económico con la protección del ambiente y sus recursos. Esta lucha contra el cambio climático implica un esfuerzo colectivo donde empresas y sociedad encuentren estrategias conjuntas para reducir los impactos negativos sin dejar de satisfacer el bienestar humano.
La energía renovable, limpia y sostenible aparece como una solución potencial para este gran desafío ambiental, siendo también un Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La producción y el uso de combustibles fósiles tradicionales han provocado impactos ambientales negativos, incluidas las emisiones de gases del efecto invernadero y otros contaminantes.
Por el contrario, fuentes de energía renovable como la energía solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica tienen emisiones de carbono más bajas y son más limpias para el entorno. En hogares ya podemos contar con paneles solares, iluminación LED o bombas de calor. Estas nuevas tecnologías se están volviendo más asequibles a nivel mundial. Por ello, se espera que empresas y sociedad hagan paulatinamente una transición hacia fuentes de energía limpia y reduzcan su dependencia de los combustibles fósiles, lo que ayudaría a proteger el medio ambiente y promover un futuro más sostenible.
Sin embargo, si bien la energía renovable es crucial para abordar este gran desafío ambiental, es importante enfatizar su uso eficiente. La energía limpia, usada de manera ineficiente, aún puede contribuir con impactos ambientales negativos. Como ejemplo, los edificios residenciales contribuyen significativamente a las emisiones de carbono a nivel mundial, pues, muchos de ellos no están diseñados teniendo en cuenta la eficiencia energética.
Esto provoca pérdidas de calor y un mayor consumo de energía para la calefacción, refrigeración, iluminación y uso de artefactos eléctricos. Si bien hay varias tecnologías sostenibles disponibles para reducir nuestro impacto en el entorno, ninguna será efectiva sin nuestro real compromiso hacia la sostenibilidad. Prestando atención a la importancia del uso eficiente de nuestros recursos, podemos lograr disminuir nuestra dependencia de fuentes de energía no renovables, reducir emisiones de carbono y promover prácticas de vida responsables.
Entonces, una conciencia responsable sobre el uso de los recursos es un requerimiento crítico para contribuir a la sostenibilidad ambiental. La energía renovable y limpia es una parte esencial para abordar este gran desafío, pero el uso eficiente de la energía es igualmente importante para minimizar los impactos ambientales negativos y promover un futuro sostenible. Busquemos crear conciencia sobre el uso eficiente de nuestros recursos, promovamos comportamientos responsables en nuestros hogares y en nuestras empresas.
Las operaciones en las empresas deben mantenerse respetuosas con el ambiente e incluir una búsqueda constante de prácticas sostenibles, enfatizando el uso eficiente de recursos, reducción de contaminación y desechos. Al hacerlo, las empresas contribuyen no solo reduciendo su impacto en el entorno a través de una menor huella ambiental de sus productos y servicios, sino también ahorran costos y mejoran su reputación frente a sus stakeholders.
Necesitamos cambios de comportamiento que nos dirijan a un futuro sostenible. Abordar el gran desafío ambiental requiere acciones de múltiples niveles, con individuos, empresas y Gobiernos trabajando juntos. Si bien hay muchas soluciones y tecnologías renovables disponibles, ninguna de ellas será efectiva sin nuestro compromiso con cambios de comportamiento y una mayor conciencia de la importancia de la conservación de recursos y prácticas de vida responsables.