Cada ciudadano usa a diario entre siete y nueve productos cosméticos. Este aumento de consumo en la industria del cuidado de la piel hace obligatorio tener a la sostenibilidad como prioridad. En ese sentido, este sector trabaja con ingredientes más amigables con el entorno, en procesos de producción con bajo impacto ambiental, y con envases biodegradables.
La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética Stanpa, que engloba al 90% del sector cosmético en Europa, señala que están viviendo un rediseño orientado al uso de ingredientes respetuosos con la naturaleza y que los criterios ambientales y sociales son clave para a la hora de elaborar un producto.
Es por ello, que en los dos últimos años sus productos fueron reformulados y optimizados y el 56% de las empresas han generado nuevas patentes o fórmulas en este mismo periodo.
Lucía Jiménez, responsable de Sostenibilidad y Normalización de Stanpa, mencionó que se está trabajando en la utilización de ingredientes suprareciclados (upcycled) que contribuyen a la reutilización de las materias consideradas residuo o subproducto en otros sectores para generar un nuevo ingrediente cosmético.
“Se están priorizando las formulaciones biodegradables, que no contengan microplásticos, difíciles de eliminar a través de las aguas residuales, causando daño a la fauna marina, además se han reducido en un 98% el uso de las micropartículas plásticas y se han creado polvos con propiedades de limpieza con las semillas de ciertas frutas” añadió Jiménez.
Además, se reemplazaron las cremas exfoliantes con bolitas o pastas de dientes con granulados plásticos, por fórmulas más responsables con el medio ambiente y otros compuestos, generalmente, de origen natural.
Procesos sostenibles
“Una de las principales áreas de actuación del sector es la sostenibilidad de las fábricas, es por ello por ello que las empresas usan fuentes de energía renovables y procesos que reduzcan la huella de carbono” explicó Jimenez.
Las compañías del sector, en Europa, han invertido hasta ahora más de 200 millones de euros en hacer sus instalaciones más sostenibles.
Por ejemplo, la marca internacional L’Oréal se ha convertido en un referente mundial por sus instalaciones sostenibles. Esta firma, que produce a diario más de un millón de productos, fue una de las primeras cosméticas en ser neutra en emisiones de CO2.
Asimismo, fue la primera fábrica waterloop de L’Oréal en el mundo. Esto quiere decir que solo utiliza agua como materia prima y para el consumo humano, ya que tiene un sistema de circuito cerrado que recupera y recicla el agua de su fase de producción permitiendo un ahorro de 28.000 m3 cada año.
La revolución de los envases y el packaging
Las empresas tienen años trabajando en esta área de la mano de la innovación y el ecodiseño y dos tercios de las compañías españolas ya han disminuido los residuos de sus productos a través del ecodiseño de envases y la reducción del embalaje.
Hay marcas que han creado bolsas solubles en agua para sus productos de cuidado del cabello en vez de contener el líquido en botellas; otras, con la finalidad de promover el reciclaje usan cartón reciclado en sus cajas de cremas o envases elaborados completamente de polipropileno. La creación de envases recargables para las cremas faciales u otros productos, la reducción del tamaño de los tarros para ahorrar vidrio o la supresión de folletos de papel, son otras iniciativas.
Por otro lado, con la finalidad de que la sostenibilidad también sea social, el sector trata de ser fuente de riqueza en comunidades alejadas como Andalucía, Cantabria, Galicia o Extremadura, entre otras.
El consorcio internacional EcoBeauyScore, es otra prueba más del compromiso de esta industria con la sostenibilidad ya que el objetivo de su creación fue evaluar qué tanto daña al medio ambiente este sector, además de generar un sistema de puntuación para productos cosméticos, de manera que los consumidores tengan información útil y veraz en sus procesos de compra.