En la actualidad, el sector público de salud asegura al 91% de peruanos y agrupa al 84% de las camas hospitalarias del país, según se desprende del informe “Análisis del Sistema de Salud Público en el Perú”, elaborado por Videnza Consultores por encargo de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú).
De acuerdo con el estudio, pese a concentrar a la mayoría de peruanos, este sector brinda una atención ineficiente o de pésima calidad, debido a que atraviesa una precaria situación, la cual tiene su origen en una inadecuada gestión del Ministerio de Salud (Minsa). Ello –señala el documento– viene afectando sobre todo a las poblaciones más vulnerables, que habitualmente laboran en el sector informal y no cuentan con seguro social.
«La población de menos recursos debe hacer largas colas para acceder a atención en los grandes hospitales públicos, ante el deficiente estado de las postas cercanas a sus hogares. El 91% de asegurados en entidades del sector público recibe una atención ineficiente o de baja calidad, que no resuelve sus problemas», indica el informe.
Uno de los problemas causados por la precaria situación del sector público de salud es el desabastecimiento de medicinas en sus hospitales. Esto llevó a que, durante la pandemia COVID-19, los hogares con menores recursos gastaron hasta 4.5 veces más en salud que otras familias. «Ante los problemas de desabastecimiento público, los ciudadanos efectuaron gastos de su propio bolsillo para comprar los medicamentos necesarios o para automedicarse, buscando una solución a sus problemas de salud», refiere el documento.
El estudio refiere que esta problemática se mantiene hasta ahora, pues el 43% de los usuarios que reciben recetas en establecimientos públicos deben comprar medicamentos en boticas y farmacias privadas ya que las farmacias de los centros de salud están desabastecidas. En esa línea, se indica que solo uno de cada dos establecimientos médicos de primer nivel de atención pública tiene disponibilidad de medicamentos mayor al 80%.
Otro problema que atraviesa el sector es la falta de médicos: solo uno de cada dos establecimientos de salud públicos del primer nivel de atención cuenta con estos profesionales. A ello se suma que nueve de cada diez establecimientos no tienen infraestructura ni equipamiento adecuado; mientras que, la misma proporción usa historias clínicas de papel.
«La situación de los establecimientos de salud públicos en el país es crítica: casi el 100% de centros de salud y hospitales públicos cuentan con capacidad instalada inadecuada, están desarticulados y no se aprovechan las sinergias de un trabajo organizado en red. Además, el financiamiento público es insuficiente y está gestionado de forma ineficiente», se advierte en el reporte.
Para intentar revertir esta situación, ComexPerú recomienda tomar una serie de acciones, entre las que destacan focalizar la labor del Minsa en la conducción del sistema de salud público, dejando de lado labores operativas; fortalecer los brazos operativos de dicho ministerio; y, en el ámbito prestacional, asignar a los ciudadanos un centro o policlínico de primer nivel con enfoque territorial.
«Estos establecimientos de salud públicos deben contar con médicos y profesionales de la salud según la demanda de la población, así como con medicamentos y equipamiento necesario. Una intervención fundamental que espera ser implementada es la de las redes integradas de salud (RIS). Esta iniciativa propone mejorar y articular un número de establecimientos de salud en el territorio para brindar una atención oportuna, de calidad y sostenible financieramente», mencionó la institución.
Finalmente, “hay una reforma muy importante qué hacer en cuanto a DIGEMID, el tiempo que demora para la aprobación de nuevos medicamentos es demasiado comparado con otros países de la región, esta realidad tiene como consecuencia que los pacientes no pueden recibir sus tratamientos de manera oportuna”.